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DIAGONALE 2021

Arman T. Riahi • Director de Fox in a Hole

"Mi película es un homenaje a la repercusión que pueden tener los profesores, pero también a lo humanos y fracturados que son"

por 

- La película de inauguración del festival austriaco Diagonale se pone muy Mentes peligrosas, pero esta vez en la cárcel

Arman T. Riahi  • Director de Fox in a Hole

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, cuyo estreno por fin se puede celebrar como es debido a pesar de haberse proyectado en octubre en el Festival de Varsovia, muestra a un profesor que está a punto de tomar las riendas de una escuela penitenciaria. A pesar de que sus estudiantes son delincuentes juveniles y problemáticos, Hannes (Aleksandar Petrović) también cuenta con sus propias armas. La película ganó el Premio a la Mejor Edición de Películas de Ficción y el Premio Thomas Pluch al mejor guion (Premio Especial del Jurado) en el último festival Diagonale (leer la noticia). Hablamos con el director de la película, Arman T. Riahi.

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Cineuropa: Existen muchas historias acerca de gente que llega a la vida de chavales problemáticos e intentan cambiarlos. Todos compartimos el sueño de tener un profesor que nos influencie de la forma en la que lo hace el protagonista del Club de los poetas muertos.
Arman T. Riahi: Mis padres son profesores. Somos una familia de refugiados políticos proveniente de Irán, y llegamos a Austria a principios de los 80. Mis padres se manifestaban en contra del régimen, y mi padre llegó a estar incluso en la cárcel. Los profesores han tenido un gran impacto en mi vida y algunos incluso han ido a ver mis proyecciones. Un profesor me animó a trabajar con una cámara. Al principio hablé con mi hermano sobre el tema, que en la actualidad es el que produce mis películas, y también me amparó. Mi película es sin duda un homenaje a la repercusión que pueden tener los profesores, pero también reflejo lo humanos que son y su vulnerabilidad. Seguro que todo el mundo ha crecido con El club de los poetas muertos, pero no quería que en mi película apareciera este tipo de profesor “sobrehumano”. Necesitaba algo que uniera a los profesores y a los estudiantes, y resultó ser una mezcla de trauma y dolor, pero también de esperanza por tener un mejor futuro.

Sin duda alguna, estos chavales son diferentes, ya que a su corta edad ya han pasado por mucho. ¿En qué medida te querías centrar en ellos?
Todo comenzó con un profesor real. Fui a la prisión más grande de Austria hará como unos 12 años: estaba investigando para mi documental. Trataba sobre unos niños que se criaron en Viena, pero que, en realidad, no se sentían austriacos. Solían meterse en líos y acabaron en prisión, y quería saber por qué. El alcaide me habló de esta escuela; ¡ni siquiera sabía que las escuelas penitenciarias existieran! Así es como nos conocimos, y me impresionó bastante. Presencié sus últimos años trabajando allí y me pregunté: “¿Qué sucede cuando alguien sigue los pasos de un profesor como él? ¿Existe alguien tan poco convencional que siempre esté haciendo nuevas cosas?” Solía emplear el arte o la [técnica terapéutica] intención paradójica para captar la atención de los chavales. No obstante, ¿qué ocurre si la persona que le sucede no es un espíritu libre y tiene sus propias armas? ¿Y si chocaran ambos planteamientos?

Sin embargo, más adelante me di cuenta de que no puedes hacer una película como esa sin algunos chicos interesantes. No quería repetir los clichés más obvios, pero me topé con la historia de un chaval que estaba atrapado en el cuerpo de una chica. Cada caso que aparece en la película está inspirado en la realidad, pero concretamente este caso era sumamente interesante. Estaba atrapado en la cárcel y en su propio cuerpo.

Hannes no es que sea muy agradable (tan siquiera sonríe). Los estudiantes desconfían de él, y supongo que los espectadores también, ¿no?
Me agradaba el reto de comenzar con un personaje que no guste y que al final acabe gustando (o al menos que el público lo entienda mejor). Traté de hacer una película que me resultara amena de ver y que despertara el interés de los espectadores para que siguieran la historia. Sin embargo, nunca consideré que estuviera dedicada a tan solo una persona. La cárcel es un crisol de personas y destinos diferentes. En un momento determinado cuando estábamos escribiendo el guion y editando, me pareció que estábamos trabajando en una trama que constaba de muchos personajes. En ella aparecen alcaides, chavales y este profesor mayor al que se supone que va a sustituir, por no mencionar que la cárcel es también un personaje.

Estos chavales hablan mucho acerca de la identidad o de la nacionalidad y de descubrir cuál es su lugar en el mundo. ¿Se les anima también en la vida real a hacer eso?
Hablan acerca de estos asuntos en la película, pero, por lo general, sentí que querían serenarse, lo que también conformaba la estrategia del profesor. Solía tratar de hallar una forma graciosa para lidiar con situaciones serias. Cuando visité la cárcel por primera vez, caí bajo su hechizo.

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(Traducción del inglés por Patricia Caravaca Blasco)

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