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VENECIA 2021 Orizzonti

Peter Kerekes • Director de 107 Mothers

"La vida no tiene nada que ver con la lógica"

por 

- VENECIA 2021: La película, seleccionada en el apartado Orizzonti, no es ni un documental ni tampoco una película de ficción al uso

Peter Kerekes • Director de 107 Mothers
(© La Biennale di Venezia - Foto ASAC/Jacopo Salvi)

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ficha de la película
]
, presentada en la sección Orizzonti del Festival de Venecia, asistimos a la vida monótona de la prisión para mujeres de Odesa, donde las reclusas se acostumbran a las rutinas diarias y a la espera. Sin embargo, algunas de ellas deciden actuar y convertirse en madres, a pesar de que sus hijos podrían acabar en un orfanato tres años después. Hemos hablado con el director de la película, Peter Kerekes.

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Cineuropa: No sabía si estaba viendo un documental o una ficción, pero la protagonista es actriz, ¿verdad?
Peter Kerekes:
Es una larga historia. Originalmente, comenzamos a hacer una película sobre los censores. Hoy en día, todo pasa por algoritmos informáticos, por lo que quedan pocas personas que se dedican a esto. Encontramos algunos en Arabia Saudita, centrados en las revistas de moda, y luego están los que trabajan en las cárceles, censurando cartas. Encontramos a Iryna en la prisión de Odesa, y nuestra intención era mostrar a una mujer, sentada en su oficina, leyendo las cartas de amor de otra gente. Se suponía que iba a ser un documental al estilo de Ulrich Seidl o Nino Kirtadze. Pero luego comenzamos a profundizar en las historias de las presas que tienen hijos, y me di cuenta de que era imposible seguirlas hasta el final.

Al principio, nuestra actriz Maryna Klimova no encajaba en este ambiente. Entonces vi Don’t Cry, Pretty Girls!, de Maryna Klimova, en la que aparece una joven checa en medio de todos los personajes húngaros. Ella no entiende nada, se limita a mirar a su alrededor con esos ojos maravillosos y curiosos. Decidí emplear el mismo truco. La mayoría del tiempo, Maryna es solo un espejo.

Cuando decides incorporar historias reales, ¿qué te interesaba especialmente? Hablan mucho sobre la maternidad.
No sabía lo que quería contar, soy un director terrible [risas]. Siempre te dicen que no debes empezar a trabajar antes de tener claro tu objetivo, y yo no tenía ni idea. Me interesaban de forma intuitiva las mujeres que dan a luz en la cárcel. Están con sus bebés durante tres años, y luego no vuelven a verlos durante mucho tiempo, o quizás nunca. También me interesaban las mujeres que matan a sus maridos o amantes. Es un cliché: "¡Una mujer que puede dar vida, pero también quitarla!". En realidad lo odio, pero se trata precisamente de eso. Me pasé horas bebiendo café y compartiendo cigarrillos con ellas, y estas conversaciones terminaron formando parte de la película. De una forma destilada, como ocurre con el alcohol. Hubo algunas que no querían ponerse frente a la cámara, y lo respetamos.

Algunas de las cosas que les piden hacer son realmente extrañas, como el taller en el que tienen que repetir la misma palabra una y otra vez. ¿Cuál es el significado de todo esto?
O escribir cartas a sus víctimas. Es una forma interesante de terapia. Iryna intenta enseñarles a controlar sus emociones. No aparece en la película, pero las guardias de la prisión participan en el mismo taller. También tienen que repetir la misma palabra, como “café”, y darle diferentes significados. Si te fijas, hay muchas cosas que resultan tragicómicas. Mi favorita es cuando pintan las suelas de sus zapatos con esmalte de uñas rojo, para que parezcan de Louboutin. Las presas también tienen un buen sentido del humor; así es como sobreviven.

Todas esas presiones a las que deben enfrentarse la mayoría de las mujeres, como encontrar pareja o ser madre, acaban infiltrándose también en la prisión.
Esto va a sonar muy anticuado, pero es muy importante seguir con nuestra vida. Puedes ser útil de otras formas, tanto para la sociedad como para el planeta, pero esta es nuestra esencia genética. Por eso quería tener dos protagonistas. Iryna es la celadora que ha organizado su vida a la perfección, pero está sola. Y luego están las otras mujeres, con tres hijos de tres padres diferentes, con vidas completamente arruinadas, pero al menos viven ese momento de amor. A veces es solo durante el parto, otras durante tres años. Es doloroso, pero no puedes experimentar estas grandes emociones sin dolor.

Lógicamente, no tiene sentido. Hablan de todas las dificultades que pasan. ¿Por qué querrían que sus hijos experimentaran lo mismo?
La vida no tiene nada que ver con la lógica. Las circunstancias pueden ser muy malas, y es probable que no ganes la lotería, pero aun así lo intentas. Pasamos muchos años en ese lugar, y es cierto que el futuro de estos niños puede ser triste (algunos terminan en orfanatos, otros en prisión), pero, ¿quién soy yo para juzgar si su vida es buena o no?

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(Traducción del inglés)

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