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BERLINALE 2022 Panorama

Alain Guiraudie • Director de Un héroe anónimo

"La película juega mucho con los clichés"

por 

- BERLINALE 2022: El cineasta francés habla de su película, que mezcla atentados, paranoia colectiva y la Francia periférica entre pasado y presente, y ha inaugurado Panorama

Alain Guiraudie  • Director de Un héroe anónimo
(© Les Films du Losange)

El cineasta francés Alain Guiraudie, que ha pasado cuatro veces por Cannes (Rester Vertical [+lee también:
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en competición en 2016, El desconocido del lago [+lee también:
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con el premio de la puesta en escena Un Certain Regard en 2013, Pas de repos pour les braves [+lee también:
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y Le roi de l’évasion [+lee también:
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en la Quincena de los Realizadores en 2003 y 2009), abre el Panorama de la 72ª Berlinale con su sexto largometraje, Un héroe anónimo [+lee también:
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, una comedia social muy peculiar, y sin embargo muy realista.

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, pero me parece que se ha hablado muy poco en el cine de lo que implicaron para la sociedad francesa, la inquietud, la angustia e incluso una especie de paranoia que se apoderaron de nosotros. En cuanto a la comedia, yo salía de dos películas muy oscuras y quería volver a algo más feliz. Y en una época actual tan oscura, quería buscar lo que nos une más que lo que nos separa. La comedia también es una forma de poner distancia, cuanto menos en serio te lo tomas, menor es la impresión de dar un discurso edificante. El aspecto trágico de los atentados, la parte de “llorar a los muertos” estaba muy presente en todos los discursos y yo quería evitarlo, abordar todo eso desde otra perspectiva.  

La estatua de Vercingétorix, la calle de Gergovie, L’hôtel de France, etc. En la historia aparecen varias referencias nacionales, “galas”. ¿Es una película política?
Hay mensajes. Por ejemplo, Isadora, que dice que cuando hay jóvenes que se inmolan, que se suicidan asesinando a otros, significa que hay un problema social. Pero, sobre todo, es una película que habla de la Francia de antes y de la actual. Para mí, Clermont-Ferrand [ndr: la ciudad donde transcurre la película] es el corazón de una Francia histórica y un poco eterna con Vercingétorix, que se ha convertido en una figura mítica. No es una Francia que yo quiera dejar a la extrema derecha. Para la izquierda, la idea de Francia es un poco dudosa en la actualidad: esa Francia del pasado, ese discurso de la Francia que ya no existe en Europa y en el mundo, etc. Yo sigo muy unido a Francia, pero la película juega mucho con los clichés y los lugares comunes para darles la vuelta o para confrontarlos porque si son clichés es porque hay una razón de peso, algo de verdad en la base. También es una película política, una evocación del mundo actual porque los debates que atraviesan a la sociedad francesa, a la sociedad occidental se concentran en el seno de una casa: ¿Qué hacemos con el vagabundo que está debajo de la casa, con el migrante de la puerta?

Clichés, pero mucho menos maniqueos de lo que parecen a primera vista, y un tratamiento lúdico de la complejidad.
Trabajé con pequeños toques, inspirándome en cosas bastante simples. Por ejemplo, me ha llevado a frecuentar a personas racistas, pero cuando tienen a un negro o a un árabe delante, lo son menos porque la humanidad recupera sus derechos. Nos damos cuenta de que los campesinos no son necesariamente racistas, que no somos geniales por fumar porros, que no eres de izquierdas por ser homosexual, etc. La vida me ha enseñado que no existe un personaje todo en uno, que represente a la perfección el arquetipo que tenemos en la cabeza. Y creo que es algo bueno desmontar los arquetipos: las personas son más complejas. Efectivamente, aunque no sea nuevo para mí, quizás he sobrepasado más los límites con esta película. Mis personajes son siempre arquetipos sociales, pero busco su singularidad.  

¿Y el lado vodevil totalmente asumido?
Venía de películas con una forma muy fuerte, al límite de lo contemplativo, y quería volver a una forma menos expuesta, más secundaria. Esta película se apoya sobre todo en el cómic y en el teatro de boulevard. Pensé mucho en las comedias de Almodóvar como Mujeres al borde de un ataque de nervios o ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, en Sacha Guitry, en La regla del juego, de Renoir donde hay un lado vodevil, pero el drama surge de una especie de ligereza ambiental, de una desenvoltura. El vodevil también es un ejercicio muy francés que tenemos tendencia a tratar con un poco de desdén, pero que sigue siendo una forma muy divertida relacionada con los orígenes de la comedia.

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(Traducción del francés)

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