23/03/2022 - El cineasta vasco presenta un film que aúna aventura, drama y valores, protagonizado por Javier Rey y Patricia López Arnáiz

(© Álex Zea/Festival de Málaga)

La coproducción franco-española La cima [+lee también:
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ficha de la película] se ha presentado en la sección oficial a competición del 25° Festival de Málaga, pocos días antes de su estreno en salas españolas, que tendrá lugar el viernes 25 de marzo. Su director, Ibon Cormenzana charló con Cineuropa en la ciudad andaluza sobre esta película de acción, rodada en plena naturaleza, que no descuida los conflictos íntimos de sus personajes centrales, interpretados por Javier Rey y Patricia López Arnáiz.

Cineuropa: No se produce mucho cine de aventuras para adultos en España, ¿verdad?
Ibon Cormenzana: Sí, de aventuras, ficción y en la montaña apenas hay cine; sí que hay estupendos documentales de montaña, pero ficción yo creo que no se ha hecho. Sólo por eso ya valdría la pena que la gente fuera a ver La cima, porque es algo especial. Cuando empecé con su guion tuve la obsesión de que le gustara a mi madre: tenía que hacer una película que, aunque fuera una aventura en el Annapurna, le pudiera gustar a ella, que no sabe de la montaña ni le interesa, pero forma parte de un público que suele ir a salas de cine de autor; que el público que no es aficionado a la montaña pudiera entrar en esta historia, no tanto por su parte de la aventura, sino por la más emocional y mística de sus personajes.

Tú eres vasco, para los de tu tierra la montaña suele ser un elemento importante…
Así es; además, llevo muchos años viviendo en Barcelona y los catalanes son muy aficionados también a la montaña: la conjunción de ambos factores se ha dado en La cima. Soy aficionado amateur, pues me metí en ese mundo por una crisis personal que viví hace años y alguien me habló de correr por las montañas, lo cual me llevó a aficionarme a ella aprendiendo una serie de valores que me han servido a nivel personal en la vida, por lo que quise introducirlos en un largometraje y así sacarlos a la luz, para que los conociera el público. Son los valores que tienen los alpinistas, cosas muy básicas que damos por hecho pero que realmente no aplicamos en el día a día: si las aplicáramos, a las personas nos iría mejor en la vida.

Como la empatía, la solidaridad y la ayuda a los demás. Todo ello se demuestra especialmente en situaciones difíciles, como las que viven los personajes de La cima.
Sí, en esos momentos conflictivos se demuestra cómo eres realmente. Recuerdo el film Fuerza mayor [+lee también:
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ficha de la película], donde se destroza una familia al ver cómo reacciona el padre ante un peligro: es como si te pasa alguna desgracia y el amigo más cercano no te apoya. Pero los alpinistas piensan más en el compañero que en uno mismo. Y, además, el esfuerzo genera autoestima y nos empodera, nos hace evolucionar. También ellos viven de forma sencilla y valoran mucho algo tan simple como un atardecer.

Pero hay momentos en La cima en los que sus personajes actúan de una forma tan inconsciente que parecen niños.
El rol de Mateo (Javier Rey) tiene ese punto de inconsciencia: sabe que se enfrenta a un gran riesgo, que puede morir en lograrlo, pero en realidad eso le da la vida, pues de esa manera supera su trauma y pérdida; se ha montado en su cabeza la manera de solucionarlo: un gran reto para una gran pérdida.

También en tu película se ve al humano muy pequeño al lado de lo magnífico de la naturaleza.
Sí, el Himalaya y la inmensidad de esos paisajes hace que seamos eso: una hormiga en el universo. No somos nada, pero a la vez yo he tenido experiencias extraordinarias llegando a una cima solo y eso quería introducirlo en esta historia: esa conexión con todo. La búsqueda de Mateo va, de una manera inconsciente, buscando eso.

Por último, ¿cómo os habéis preparado todo el equipo, tanto física como mentalmente, para este rodaje tan duro?
Yo venía preparado, pero los actores no tanto, por eso un alpinista profesional les enseñó a escalar en piedra y hielo, a cómo poner una inyección a siete mil metros o cómo respirar a partir de cierta altura; también libros para entender la aparente locura de esos tipos, muchos de ellos buscando conexión con la vida, como si allí arriba encontraran el sentido de la existencia.