email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

CANNES 2022 Cannes Première

Serge Bozon • Director de Don Juan

"Esta película se prestaba bien a la idea de un Don Juan que no fuese el ejemplo de masculinidad conquistadora que tiene todo lo que quiere"

por 

- CANNES 2022: Tras haber presentado su nuevo musical, el cineasta francés explica por qué le gusta ir hacia allí en donde no se lo espera uno

Serge Bozon • Director de Don Juan
(© Jean-Louis Fernandez)

Don Juan [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Serge Bozon
ficha de la película
]
, presentado en la sección Cannes Prèmiere de la 75ª edición del Festival de Cannes, es el cuarto largometraje de Serge Bozon, y el cineasta lo descifra para nosotros.  

Cineuropa: Tus películas siempre dan la impresión de que te gusta ir hacia donde no te esperan. ¿Por qué Don Juan, y por qué un Don Juan a la inversa?
Serge Bozon: Por primera vez, fue casi un encargo. Mi productor, David Thion, se dio cuenta de que La La Land y Ha nacido una estrella habían funcionado muy bien y que la comedia musical era menos suicida que antes. Como sabe que me encanta la música, surgió la idea de volver a intentar una película como La France [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
y mi mediometraje Mods. Me pidió que partiera de una cosa que todo el mundo conociera, que se pudiera explicar en tres palabras. Pensé que Don Juan podía ser interesante pues su temática de la seducción y de la adicción a las mujeres era muy contemporánea con respecto a lo que estaba sucediendo entonces, el caso Weinstein y el #MeToo en el que mi coguionista, Axelle Ropert, estaba enfrascada. Eso se prestaba a la idea de un Don Juan que no es el representante de una masculinidad conquistadora que tiene todo lo que quiere, sino que es más indefenso que cínico, más sincero que manipulador, y sobre todo más abandonado que conquistador. Casi podíamos hacer una película triste y yo amplié esa idea que podía hacer surgir una emoción particular. Porque en el cine vemos más a las mujeres sufrir por amor, estar obsesionadas con su amor fallido. Es raro que le demos ese papel a un hombre.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

No es una comedia musical en el sentido general. La abordaste de manera íntima y bastante novedosa.
La película es extremadamente simple: la trama está en un sello postal. Su interés toca la cuestión del sentimiento. Sin embargo, cuando cantamos los sentimientos en lugar de decirlos, nos permiten desarrollarlos de una manera más íntima, más fuerte, más poética. Y con un protagonista también bloqueado, sus quejas cantadas quizás podían desbloquear lo que de otro modo estaba bloqueado. En la película, hay un juego todo el tiempo, como una dialéctica entre un lado muy ajustado, minimalista, de la narración, y un lado liberado de las emociones a través del canto. Lo mismo ocurre con el baile, que no tiene nada que ver con el baile hollywoodiense, son gestos que son más un esbozo amoroso, una caricia dolorosa. Como en la película se habla de la idea de una segunda oportunidad amorosa, me parecía interesante grabar lo inquietante que puede ser para un hombre y una mujer que ya se conocen.  

¿Por qué la puesta en abismo de la profesión de actores de los protagonistas?
Teníamos la idea sencilla de que los dos personajes principales interpretaran a Don Juan versus Elvire. Él, que es una especie de Don Juan en la vida real, debe enfrentarse al Don Juan “real” de Molière. Eso daba juego en toda la película. No son mareos barrocos al estilo de Pirandello o Ruiz donde no sabemos dónde está el escenario y dónde está la vida, y no es la tradición de películas sobre el teatro al estilo Renoir o Rivette. En mi mente veo más la tradición del romanticismo alemán, como La princesa Brambilla, de Hoffmann, donde el protagonista que es actor y que tiene dudas sobre su identidad está en el carnaval de Venecia.

Una palabra sobre tus intérpretes principales: Tahar Rahim y Virginie Efira.
Sobre el papel, estaba el riesgo de crear con el personaje de Don Juan un protagonista demasiado oscuro en una tristeza plomiza. Tahar Rahim aportó un entusiasmo algo desenfrenado, casi ingenuo, que dio lugar a un personaje muy ambiguo e incluso peligroso. También creo que nunca lo habíamos visto así. En cuanto a Virginie Efira, me divertía hacerla interpretar varios papeles porque es una actriz que cambia muy poco su imagen, y a la vez darle un papel principal donde sea más discreta en cuanto a la actuación de lo que está acostumbrada. Todo se desarrolla en torno a dudas, preguntas, vacilaciones.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del francés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy