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CANNES 2022 Proyecciones especiales

Amandine Fredon y Benjamin Massoubre • Directores de Le Petit Nicolas - Qu'est-ce qu'on attend pour être heureux ?

"Esta es una oda a la alegría de la infancia, a la habilidad de jugar y crecer, a las maravillas de la narración y a la sencillez de la mirada de los niños"

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- CANNES 2022: El universo del clásico literario para niños francés recibe una tierna carta de amor con esta película

Amandine Fredon y Benjamin Massoubre • Directores de Le Petit Nicolas - Qu'est-ce qu'on attend pour être heureux ?
(© Lionel Guericolas/MPP)

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, que se estrena en la sección Proyecciones especiales de la edición número 75 del Festival de Cannes, es la historia de Jean-Jacques Sempé y René Goscinny, creadores del clásico personaje infantil de los años 50. Los codirectores Amandine Fredon y Benjamin Massoubre hablan con pasión acerca de cómo han recreado una era nostálgica.

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Cineuropa: El universo de El pequeño Nicolás es muy de los años 50 y 60. ¿Qué se os pasó por la cabeza a la hora de trasladarlo a los espectadores de hoy en día?
Amandine Fredon:
Está claro que hay una perspectiva nostálgica hacia aquella época y hacia realidades que han desaparecido, como los colegios solo para niños o para niñas. Por otro lado, las relaciones entre los más pequeños y los padres o abuelos sigue siendo la misma. Hemos intentado conservar esos aspectos y descartar otros que ya no se corresponden con los tiempos que vivimos.

A pesar de todo sigue siendo una carta de amor a Francia y al siglo XX y se enaltece la vida de los creadores Jean-Jacques Sempé y René Goscinny. ¿Era esa la intención?
Benjamin Massoubre:
Por supuesto, es algo deliberado. Queríamos trasladar la atmósfera del París de Saint-Germain, de Beauvoir, de Sartre y del teatro Olympia, que permanece en la memoria colectiva de aquel mundo. Jacques Tati era una gran referencia, y cuando Nicolás va al campamento de verano incluso copiamos algunas escenas de Las vacaciones del Señor Hulot. También se hace un homenaje a Los cuatrocientos golpes, cuando Nicolás y su mejor amigo, Alcestes, hacen novillos. Los muy observadores se darán cuenta de que incluso pusimos el poster de la película cuando pasan por delante de un cine.

¿A qué franja de edad va dirigida la película?
B.M.:
Es una película para toda la familia, desde los 7 hasta los 77 por lo menos. Mi abuelo leía los libros a mi padre, mi padre me los leía a mí y yo se los leo a mis hijos. Todas las franjas de edad, tanto en Francia como en otros países, encontrarán algo en la película; los pequeños quizá se fijen en las partes más divertidas, y los adultos, en los mensajes más profundos, como el que tiene que ver con el holocausto que afectó a la familia de Goscinny o con los abusos que sufrió Sempé en su infancia. En la película, Sempé y Goscinny cuentan sus historias a Nicolás, así que se trata de una conversación comprensible entre un adulto y un niño. Creo que funciona muy bien.

En vista de la infancia que tuvieron Sempé y Goscinny, crearon algo muy distinto para Nicolás. ¿Podríamos decir que recrearon la infancia perfecta de ambos?
B.M.:
Exacto. Es la infancia soñada que ellos no tuvieron. Les ayudó a superar sus propios traumas. Amandine y yo creemos que es una oda a los placeres de la infancia, a la capacidad de jugar y crecer, una oda a todo lo bueno de los cuentos y a la sencillez de la mirada de un niño.

A.F.: También hemos querido enfatizar la inocencia de la infancia en términos de la capacidad que todos debemos tener para vivir sin olvidarnos del niño que llevamos dentro, para que no nos olvidemos nunca de él y para que siempre nos acompañe.

¿Cómo os habéis dividido las tareas en este proyecto?
B.M.:
Lo hemos ido viendo sobre la marcha, pero en principio yo soy el encargado del montaje y del guion, así que yo estoy más bien en la parte narrativa.

A.F.: Yo he estado en la parte más creativa y artística, supervisando los sets y los personajes. Luego, cuando empezamos el rodaje…

B.M.: … trabajamos juntos. Ha sido muy fácil.

¿Hasta qué punto se implicaron las familias de Jean-Jacques Sempé y de René Goscinny?
A.F.:
Sempé está a punto de cumplir 90 años, pero se acercó para asesorarnos acerca de algunos personajes que eran demasiado feos o demasiado bonitos, con el fin de que fuéramos por la dirección correcta. Fue divertido y muy emotivo. La hija de Goscinny, Anne, nos permitió entrar en la oficina de su padre y pudimos ver el boceto original de las historias. Aquello no tuvo precio, y tampoco el trato de Anne, que obviamente estuvo en contacto con los dos desde pequeña.

¿Cuándo fue vuestro primer contacto con el pequeño Nicolás?
A.F.:
Cuando yo era adolescente cayó en mis manos el libro en el que se va de vacaciones. Estuvo en mi mesilla todo el tiempo que duró el rodaje de la película.

B.M.: Creo que yo tendría cinco o seis años. Vengo de una familia de profesores y durante varias generaciones los libros Nicolás se utilizaban para aprender a leer. Mi abuelo ha fallecido hace poco, pero sabía que yo estaba rodando esta película. Le hacía mucha ilusión.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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