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VENECIA 2022 Orizzonti

Mihai Mincan • Director de To the North

"Quería hacer una película sobre el miedo que tenemos cuando nuestras vidas están bajo el poder de otros"

por 

- VENECIA 2022: El director rumano habla sobre su moralmente desafiante primer largometraje de ficción, que se centra en un polizón descubierto en un barco de contenedores rumbo a América

Mihai Mincan  • Director de To the North

Tras una carrera en el periodismo y varios largometrajes documentales a sus espaldas, el director rumano Mihai Mincan se pasa a la ficción con To the North [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Mihai Mincan
ficha de la película
]
, una de las contadas películas rumanas seleccionadas para la sección Orizzonti del Festival de Venecia. La historia se ambienta a mediados de los años 90, cuando descubren un polizón a bordo de un barco de contenedores que navega rumbo a América. A continuación, el director nos habla del contexto de la película y de su postura con respecto a los conceptos del "bien" y del "mal".

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Cineuropa: Te has dedicado durante años al documental. Sin embargo, To the North está inspirado en hechos reales. ¿Qué te impulsó a rodar una película de ficción?
Mihai Mincan:
Es cierto que la película está “inspirada” en hechos reales, como se indica en los títulos de crédito. Mi fuente de inspiración fue el llamado "incidente del Maersk Dubai", del que me enteré en 2015. No obstante la historia de mi película es una variación muy ficcionalizada de aquellos acontecimientos, tanto que solo hay contadas similitudes relativas al espacio, la nacionalidad de algunos de los personajes y una Biblia que se convierte en un puente entre ellos. Creo que la necesidad que sentí de rodar un largo de ficción fue impulsada por lo que sentí cuando me enteré de lo que había pasado entonces. La Biblia y el aspecto religioso eran de suma importancia para la historia, pero no me interesaba en absoluto hacer una película sobre esos aspectos. Un año después, en la primavera de 2016, retomé la historia y escribí un primer borrador.

Mi intención era rodar una película sobre la imposibilidad de la comunicación, incluso cuando se supone que esa comunicación tiene lugar entre personas con ideales similares, personas que provienen de entornos similares. Quería hacer una película sobre el miedo que uno siente cuando su vida está bajo el poder de otro. Por esa razón el "acontecimiento real" quedó simplemente como un mero punto de unión con ese momento del pasado, como una herramienta que me permitió evitar el enfoque del "Érase una vez".

¿Qué nos puedes decir del concepto del bien y del mal en tu película? Quizá en ella encontremos un héroe, pero ¿quién es el malo de la película, si es que lo hay?
Me esforcé mucho en evitar ese “choque entre el bien y el mal” o el “choque entre el bueno y el malo”. Desde mi punto de vista, todos los personajes tienen razón a su manera. Quizá uno no esté de acuerdo con sus creencias, pero eso no hace mella en la legitimidad de las mismas. A lo largo del proceso de escritura del guion no basé la dirección de la historia en la pregunta tradicional de: "¿Crees al personaje?", sino en: "¿Entiendes al personaje?". Cada hombre de la película lucha por su supervivencia y se deja guiar por el conjunto de valores que la vida le ha inculcado.

No hay muchas películas rumanas con pocas frases en rumano. ¿Rodar casi por completo en otro idioma fue una ventaja o un inconveniente?
Está claro que fue una ventaja. Trabajar con actores que hablan en un idioma que no dominas te puede provocar cierta ansiedad, pero al mismo tiempo puede ser increíblemente liberador. Cuando no prestas atención a las palabras estás más presente que nunca. Sientes el ritmo y puedes perderte en una emoción básica en la que entiendes todo lo que te está transmitiendo la otra persona tan solo con mirarla a los ojos y observar sus gestos. Hay algo extremadamente puro, como si redescubrieras una forma de comunicación que se había perdido por culpa de las palabras.

Tu protagonista corre un gran riesgo para entrar en Estados Unidos, pero una de las razones para hacerlo la encontramos en la terrible falta de oportunidades que reinaba en Rumanía en la década de los 90. ¿Te preocupó en algún momento este aspecto?
[En 1996], cuando tuvieron lugar los hechos que se plantean en la película, yo era un adolescente, y algunos conocidos míos optaron por abandonar el país de las maneras más descabelladas. No pensaban en las "oportunidades", al menos no como lo hacemos hoy. Hoy uno trabaja en el extranjero "durante un cierto período de tiempo, en un lugar en concreto y por una determinada cantidad de dinero", pero en aquel entonces la gente se iba más bien persiguiendo una fantasía. Estados Unidos significaba cosas que nunca habíamos tenido: Coca Cola, hamburguesas, moda, música, esa sensación de libertad… En aquella época, sus expectativas eran mucho menos concretas. Uno se marchaba persiguiendo un sueño. Eso es lo que he intentado transmitir con Dumitru, y creo que es el germen de su conflicto: tan solo se siente amenazado cuando su preciada fantasía se ve amenazada.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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