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VENECIA 2022 Fuera de competición

Jørgen Leth y Andreas Koefoed • Directors de Music for Black Pigeons

"Lo que no me gusta mezclar con mis películas es el jazz 'jazzy', y este no es jazz 'jazzy'"

por 

- VENECIA 2022: El lado más reflexivo y "pintoresco" del jazz centra el trabajo del dúo de directores daneses, que exploran como si fuesen dos músicos veteranos

Jørgen Leth y Andreas Koefoed • Directors de Music for Black Pigeons
Jørgen Leth (izquierda) y Andreas Koefoed (centro) en Venecia

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, que participa fuera de competición en la edición  número 79 del Festival de Venecia, reúne a un excepcional plantel de músicos de jazz. Al frente, los directores Andreas Koefoed y Jørgen Leth, el último de los cuales retrocede notablemente en el tiempo ya que llevaba más de cinco décadas alejado del género.

Cineuropa: A pesar de que Jørgen es el protagonista de este trabajo codirigido, empecemos por esta pregunta: ¿cuál es el papel de Andreas en este proyecto?
Andreas Koefoed:
Buena pregunta. He realizado varios documentales musicales, incluido un cortometraje que rodé para Sune Blicher en 2008, Weightless: A Recording Session with Jakob Bro, que es exactamente eso, filmado en Nueva York, justo cuando Jørgen también estaba allí. Yo conocía la afición de Jørgen por el jazz y le invité a la sesión, donde conoció a los músicos, incluido a Lee Konitz, su héroe de toda la vida. La idea de rodar una película de jazz más amplia ha ido evolucionando con los años. Jørgen y yo seguimos a los músicos, Jakob Bro, Lee Konitz, Bill Frisell y Thomas Morgan, durante una gira por Islandia, Groenlandia y las Islas Feroe, y los filmamos. La cosa fue creciendo y a lo largo de los años rodamos varias formaciones en diferentes lugares, y además visitamos a algunos de ellos en sus casas. También hemos hecho entrevistas, con Jørgen a la cabeza. Todo se presenta como un catálogo en el que nuestro editor, Adam Nielsen, ha hecho un hábil trabajo para combinarlo todo.

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Jørgen, pasaste parte de los años 60 escribiendo apasionadas críticas de jazz, y en tu primera película, de 1963, Stopforbud, retratas al pianista de jazz Bud Powell en Copenhague. ¿Por qué, desde entonces, el jazz prácticamente no ha asomado la cabeza en tus películas?
Jørgen Leth:
Tal vez porque me parecía demasiado, ¿cómo decirlo?, voluble.... Le faltaba la poesía que yo sentía que necesitaba y estaba en las antípodas de mi forma de pensar. Prefería piezas de piano como la música de Satie que utilizo en 66 Scenes from America o de compositores modernos como Herman D Koppel. Pero mentalmente ha sido un regreso muy placentero. Me gustan especialmente los aspectos del jazz representados aquí: reflexivos, tranquilos, mareantes, pintorescos... Lo que no me gusta es el jazz "jazzy", y esto no es jazz "jazzy". Así que sí, hasta dar este paso, que es un paso de gigante, no he hecho nada que tenga que ver concretamente con el jazz desde 1963. Resulta interesante este lapso de tiempo y el hecho de que finalmente haya decidido retomarlo. Me gusta mucho la idea.

Hay una cita de Jørgen Leth que dice: “Solamente los genios me parecen interesantes”. ¿Tan alto has puesto tú también el listón para la película?
A.K.:
Está claro que hemos reunido a un colectivo de personalidades especiales. No estoy seguro de que todos ellos puedan ser calificados de genios, pero todos son excepcionales en sus respectivos campos, con firmas muy personales en su interpretación.

J.L.: Estoy totalmente de acuerdo. Aunque hay muchos que no conocía, porque son representantes de una escuela más reciente, son músicos excelentes e innovadores, y eso es clave para esta película. Y como reza esa cita, soy extremadamente selectivo. Me interesa mucho el deporte, y es un campo en el que me pasa lo mismo: centro la atención en los más destacados. ¿Por qué perder el tiempo cosas que no destacan cuando hay otras que sí lo hacen?

¿Cómo os habéis repartido el trabajo? ¿Habéis delimitado claramente vuestras competencias?
J.L.:
En general, en esta película permanezco un poco en segundo plano. Digamos que  estoy un poco en la sombra. Y me gusta. Es una forma de trabajar que nos ha ido muy bien a Andreas y a mí.

A.K.: No hemos trazado una línea muy definida. Nuestra colaboración ha creado una especie de simbiosis en la que no se distingue el principio o el final de las cosas, al contrario de lo que sucede entre dos músicos de jazz. Y se me ocurrió algo que sería muy del estilo de Jørgen Leth a la hora de rodar. La imagen de Thomas Morgan haciendo su rutina diaria de gimnasia me hizo pensar en la película de Jørgen The Perfect Human, así que decidí interpretarlo en esa dirección. Jørgen no estaba físicamente presente, pero sí su espíritu.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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