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SAN SEBASTIÁN 2022 New Directors

María Elorza y Marian Fernández • Directora y productora de A los libros y a las mujeres canto

“La literatura es cada vez menos vivencial”

por 

- El debut en el largometraje de la directora, un documental poético y experimental, consolida la colaboración entre estas dos apasionadas del cine y la lectura

María Elorza y Marian Fernández • Directora y productora de A los libros y a las mujeres canto
La directora María Elorza y la productora Marian Fernández (© Álex Abril/SSIFF)

La productora Marian Fernández (Txintxua Films) y la directora María Elorza, que debuta en el largometraje con A los libros y a las mujeres canto [+lee también:
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, charlan con nosotros horas antes del estreno, en la sección New Directors del 70º Festival de San Sebastián, y días antes de llevarse el Premio de la Juventud y la mención especial del Premio Irizar al Cine Vasco, de una película cuya especial naturaleza nos describen a continuación.

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Cineuropa: ¿Cómo ha sido ese salto al largo de María: la habéis animado desde la producción?
Marian Fernández:
Creo que ha sido de manera natural, por eso no hemos sentido mucho vértigo ni desde la producción ni desde la dirección. Ha sido como reproducir lo que ya habíamos hecho previamente.

María Elorza: Cuando tuve la idea primigenia, empezamos a hablar del proyecto, sin saber que fuera a ser un largometraje, pero fue tomando forma: por eso ha sido la prolongación natural de las colaboraciones mutuas anteriores en los cortos. Al final, aunque el film tiene otra envergadura, la metodología de hacerlo y el equipo han sido muy parecidos. Tal vez más dilatado en el tiempo, pero similar a nuestros trabajos anteriores.

¿De dónde surge esa necesidad de contar historias sobre libros y mujeres?
M.E.:
De una anécdota que aparece en la película: mi madre tiene un accidente doméstico con el estante de los libros, pues se la cae encima. Medio en broma, medio en serio gravé con ella los efectos del accidente y luego le pregunté por su relación con los libros, sobre el papel de la literatura en su vida cotidiana, y fui indagando más en el tema. Decido entonces abrirme a otros personajes, yendo a las casas de sus amigas, a ver qué libros tienen, cómo los tratan y conviven con ellos. Ahí empezamos a ver que había material para hacer algo más serio y dándole más forma, levantando el proyecto como ha quedado.

Es difícil definirlo: collage, experimento, homenaje… ¿Reside su encanto en esa naturaleza híbrida?
M.E.:
Es difícil definir qué es la película. A veces utilizo la palabra Canto del título, que me gusta mucho, que no habla de su género, pero sí de su intención: pretende ser un canto, tanto en el sentido de homenaje como por la presencia que tiene la palabra oral, la música y la coreografía.

También rezuma alegría y humor, poco habitual en el género documental.
M.E.:
Me gusta pasármelo bien haciendo películas y quiero que los espectadores también lo hagan, y el humor ayuda mucho en eso. Y si me planteo abordar un tema como la literatura y me pongo seria… ¡a ver qué sale de ahí! Quería que fuera una película divulgativa, para un público general, que disfrutara y viviera otras emociones, enriqueciéndose también.

¿Hubo en ese aspecto indicaciones desde producción?
M.F.:
La producción la filmamos Koldo Almandoz y yo, y ellos tenían ya experiencia previa con procesos creativos, pues codirigieron el cortometraje Quebrantos en 2020. Entonces ha sido Koldo quien ha tenido una intervención importante, pero desde nuestra productora queríamos que María sintiera que tenía todo el apoyo para poderse abrir: si necesitaba más tiempo de montaje, volver a plantear rodaje o viajar, contaba con nosotros. El proceso de producción se ha dilatado, con momentos largos de rodaje y espacios para revisar el material, pero eso ha ido enriqueciendo la película.

En la ella aparecen fotogramas de Fahrenheit 451, de Truffaut. ¿Hay que defender los libros: necesitan protección o se valen por sí solos?
M.E.:
Sí que necesitan defensa, aunque algunos deberían ser destruidos. Pero todo amante de las letras ve con preocupación el declive de los libros y también de los planes de estudio. En ese sentido sí que hay que defenderlos, pero con apertura de mente y sentido crítico.

Pero en nuestro tiempo se lee menos y brevemente… En el film se destila una vivencia con el libro que las nuevas generaciones quizás están perdiendo.
M.E.:
La literatura es cada vez menos vivencial. Lo que me interesa de los personajes que retrato es que en otra época mucha gente vivía una gran parte de sus vidas a través de los libros. Así, durante la dictadura española fue una manera de respirar libertad (como lo fue el cine que veían fuera). Por eso hay que intentar fomentarlo.

Siendo proyecto, A los libros y a las mujeres canto fue premiado en Zinebi y MAFIZ. ¿De qué manera los laboratorios ayudan a levantar una película así?
M.F.:
Creo que es el tipo de proyecto que va como anillo al dedo a estos foros: esos premios nos dieron gran impulso para terminar la película.

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