email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

SAN SEBASTIÁN 2022 Competición

Sebastián Lelio • Director de El prodigio

“Es responsabilidad nuestra escoger aquello en lo que queremos creer, porque lo que creemos es lo que creamos”

por 

- El director chileno presenta una película con aire clásico que se sirve de los recursos del lenguaje cinematográfico para tratar asuntos de plena actualidad

Sebastián Lelio • Director de El prodigio
(© SSIFF/Jorge Fuembuena)

El 70° Festival de San Sebastián acogió la proyección de El prodigio [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Sebastián Lelio
ficha de la película
]
, un brillante trabajo del reconocido director chileno Sebastián Lelio. A través de la historia de una enfermera (interpretada por la siempre sólida Florence Pugh) que lucha contra la sinrazón para salvar la vida de una niña (vehículo de lucimiento para la recién llegada Kíla Lord Cassidy), el cineasta explora cuestiones de calado, urgentes y de gran actualidad en el mundo de hoy. De todo ello hablamos con él en esta entrevista.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)
Hot docs EFP inside

Cineuropa: Tengo la impresión de que esta es tu película más clásica en muchos aspectos y de que introduces un recurso sorprendente al principio para romper con ese clasicismo. ¿Qué opinas al respecto?
Sebastián Lelio: No lo he planteado tanto en esos términos. La película tiene un cierto clasicismo pero creo que a estas alturas después de los 60 del siglo pasado, abrir con un gesto brechtiano es ya clásico también. Creo que dejo al público decidir si esta película es más o menos clásica que las anteriores.

En esta película, ambientada a mediados del siglo XIX, vemos un cuerpo femenino usado como arma política, algo que sigue pasando hoy. ¿Había alguna intención en tratar un tema así en este momento?
En la película hay un cuerpo femenino en disputa, queriendo ser controlado por narrativas ajenas a esa existencia. No se trata de la niña, la única que no importa es ella, se trata de que cada uno lleve agua a su molino y que sus narrativas se impongan torciendo la realidad. Y esto es de nuevo la definición de la posición fanática. Esta es una película que está inserta en el mundo de hoy, y habla de hoy. El hecho de que sea de época es parte del juego, del artificio, no es el punto. No es 1862, siempre ha estado pasando eso, antes de 1862, en 1862, pasa hoy y, a no ser que nos libremos del cáncer del fanatismo en todas sus formas, seguirá pasando.

Hay un momento en el que Lib, la protagonista, dice algo así como que ella busca hechos y no historias. ¿Cómo conecta eso con la forma en que hoy en día todo discurso público parece más controlado por la importancia de una buena narrativa y menos por la verdad?
Vivimos en un mundo en donde todo es relato, operamos con los relatos, los necesitamos. El asunto es que necesitamos mejores relatos, no pensar que podemos liberarnos de ellos si no utilizarlos como herramienta sobre la que tenemos agencia. Ahí es fundamental la diferencia entre una historia heredada por defecto y una historia escogida. Y eso es lo que logra Lib, liberar a la niña de su imaginario con sus propias herramientas conceptuales, la rescata de la historia en la que está atrapada de alguna manera por herencia. No creo que podamos existir sin relatos, somos animales fabuladores, el asunto es que la calidad de nuestros relatos informa de la calidad de nuestro nivel de desarrollo de conciencia. Y es muy fácil volver atrás, porque uno de los discursos más potentes es la fascinación del fascismo. El fascismo funciona porque es muy rápido, muy fácil, la imitación ciega al líder totalitario y otros peligros se vuelven más extremos con la expansión de la tecnología. Creo que la película nos advierte sobre el poder de aquello en lo que creemos. Es responsabilidad nuestra escoger aquello en lo que queremos creer, porque lo que creemos es lo que creamos.

Es inevitable hablar de Florence Pugh, que en tu película vuelve a demostrar un talento que parece ilimitado, y también de la revelación Kíla Lord Cassidy. ¿Cómo fue el trabajo con las dos actrices?
El viaje de Lib es extremo, es alguien que trasciende su propia racionalidad y comete un acto irracional para salvar a la niña. Cuando Florence aceptó canalizar a Lib para mí fue la gloria, porque pensé que teníamos ya una película, con su presencia, su magnetismo y su capacidad para que nosotros estemos de su lado. La acompañamos en su proceso mental y estemos de su lado siempre. Y eso no cualquier actriz lo consigue. Luego está Kíla Lord Cassidy, la otra bendición de esta película. Vimos 100 cintas durante el casting y cuando vi la de Kíla me quedé mudo. Tenía 11 años cuando la vimos. Hay un duelo actoral tremendo entre las dos. Fue genial encontrar a una niña con ese nivel de intuición y compromiso, capaz de ponerse frente a Florence. Es muy interesante ver en una película a dos intérpretes defendiendo a sus personajes en una especie de duelo que la llena de electricidad.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy