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LES ARCS 2022

Teona Strugar Mitevska • Director de The Happiest Man in the World

"No seré capaz de rodar películas de una manera diferente a ir directa al corazón de la emoción, a la verdad del momento"

por 

- La cineasta macedonia habla sobre su última película, presentada en Venecia, en la sección Orizzonti, y ahora a competición en Les Arcs Film Festival

Teona Strugar Mitevska • Director de The Happiest Man in the World

La macedonia Teona Strugar Mitevska presentó su nueva obra, The Happiest Man in the World [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Teona Strugar Mitevska
ficha de la película
]
, en el programa Orizzonti de la Mostra de Venecia 2022. Hemos hablado con ella en el marco de la 14ª edición de Les Arcs Film Festival, donde su película se presentó en competición.

Cineuropa: Muchas películas han retrocedido a la guerra de la antigua Yugoslavia y sus consecuencias. ¿Qué te motivó a hacerlo y cómo elegiste un enfoque tan original?
Teona Strugar Mitevska: Es una historia real, la de mi coguionista Elma Tataragic. Yo crecí en la antigua Yugoslavia, soy una hija mixta de la zona. La desaparición de Yugoslavia afectó profundamente a mi generación. Algunos se vieron afectados directamente por la guerra, como Elma, y otros por el fin de esa gran idea idealista que era Yugoslavia, aunque no fuese perfecta. Durante 30 años, he estado enfadada con esa guerra porque nos quitó todas las promesas de fraternidad e igualdad. Este enfado, por qué ocurrió esta guerra, qué significó, cómo afectó a mi vida y lo que hubiera sido mi vida si no hubiera ocurrido era algo que me obsesionaba. Cuando Elma me contó su historia, fue una revelación y vi la oportunidad de sumergirme en el tema. Pues se trata de una cuestión existencial muy importante para toda mi generación y para todos los habitantes de la zona. Pero era una historia muy personal (ndlr: el encuentro sorpresa y a posteriori con el enemigo que busca el perdón) que pertenecía a Elma, y ella buscaba desde hace años la manera correcta de contarla, de trasladarla a otro contexto. Un día, durante el Festival de Sarajevo, estábamos con mi hermana en Holiday Inn y empezamos a imaginar cómo sería esta historia si se desarrollara en ese hotel. Elma se unió inmediatamente a esa idea. 

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Has dicho que esta película es un poema. ¿Por qué?
Es un poema de amor para Sarajevo. Pues en la época de Yugoslavia, Sarajevo y Bosnia eran el símbolo de la diversidad, un crisol de culturas magnífico y un centro cultural efervescente, de arte bajo las formas más progresivas. Cuando preparamos la película, recogimos muchos testimonios de bosnios e insertamos en la película algunas de estas historias de la guerra, estos traumas profundamente anclados en la vida de las personas. Muchas historias de la película vienen de los propios actores porque ensayamos durante mucho tiempo. Al principio, más allá de los dos protagonistas, los demás participantes de las citas rápidas no iban a tener tanta importancia, pero luego nos dimos cuenta de que, para captar la complejidad de la historia central, del dilema de los dos protagonistas, había que explicar el contexto, el pasado, esta locura, esta tragedia que también tenía facetas bellas. Y era posible hacerlo integrando pequeños detalles que venían de los otros personajes.

Tu puesta en escena se distingue por una gran libertad.
Me gustan las películas de Xavier Dolan por esa libertad que se toma: se atreve una y otra vez, experimenta, confía en su intuición, confía en sí mismo. Como mujer de los Balcanes, tengo que trabajar en mi falta de confianza en mí, tengo que autorizarme a conseguir mis sueños. Luché durante toda mi carrera para llegar a ser alternativa y libre. Con esta película, quería ampliar mis límites. Los 40 actores debían interpretar todas las escenas, pero nunca sabían cuándo se posaría la cámara sobre ellos. Fue algo apasionante, enérgico y con espíritu de equipo, de creación colectiva. Porque tener 40 personas en una habitación puede ser muy aburrido, y la única forma de proceder es que el espectador se sienta parte integrante. Por eso había que hacer sentir la urgencia, que el espectador no estuviera solamente en la observación. Por eso me permití la imperfección, la experimentación, la búsqueda de la sensación. A partir de este momento, creo que ya no podré grabar películas de otra manera: trabajar con los actores y llegar al corazón de la emoción, a la verdad del momento.

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(Traducción del francés)

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