19/12/2022 - Hemos entrevistado a la directora turca para saber más sobre su primer largometraje, que se ha llevado el Premio Cineuropa en el reciente festival Cinemamed de Bruselas

Selcen Ergun es una directora, guionista y productora turca. En 2009 cursó un Máster en Dirección y Escritura de Guiones en la Universidad Bilgi de Estambul y es alumna del Berlinale Talents desde 2018. Empezó su carrera como asistente de dirección, trabajando en muchas producciones nacionales e internacionales, y también como directora de cortometrajes, anuncios y vídeos musicales. Snow and the Bear [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Selcen Ergun
ficha de la película] es su primer largometraje, estrenado en Toronto en 2022. La coproducción entre Turquía, Alemania y Serbia acaba de estrenarse en el Cinemamed de Bruselas, donde ganó el Premio Cineuropa (ver la noticia).

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Cineuropa: ¿Qué te motivó a hacer esta película?
Selcen Ergun: Esta historia es una reflexión sobre una sensación interior que he experimentado cada vez más como mujer joven, a diario, durante mucho tiempo. La sensación de vivir bajo esa presión constante que no es completamente visible, pero que nos rodea como aire contaminado; la sensación perpetua de no estar a salvo, a la que muchas personas se enfrentan en muchos lugares del planeta, en diferentes grados. Por otra parte, cuando empecé a experimentar esa sensación cada vez más, me di cuenta de que soy más fuerte de lo que pensaba. En esta película, quería explorar todos esos sentimientos de miedo, encierro, lucha y esperanza, en el microcosmos de un pueblo aislado donde se volvieran más tangibles. Esta película también refleja mis opiniones sobre cómo nosotros, como humanos, nos vemos a nosotros mismos como el centro del mundo y la manera injusta que tenemos de tratar a la naturaleza y a sus criaturas.

¿Crees que la película refleja la situación actual de las mujeres en Turquía?
Aunque esta historia se desarrolla en un pueblo imaginario y remoto, se basa en los sentimientos y en las relaciones de poder que yo y muchas mujeres de todas las edades experimentan a diario. Creo que muchas mujeres de Turquía y del mundo pueden identificarse fácilmente con la sensación extraña que permanece a lo largo de la película. Para mí, el comentario de un espectador que vio la película en su estreno en Toronto refleja el núcleo de Snow and the Bear: “Esta película reflexiona sobre una época en que el invierno cesará y el mundo dejará ser a las mujeres y a la naturaleza”.  

Un estudio reciente del Observatorio Audiovisual Europeo señaló que en Europa, las películas hechas por directoras en los últimos cinco años solo representan el 30 % del total. ¿Esto también ocurre en Turquía? ¿Es más difícil para una mujer encontrar financiación en Turquía que para un hombre?
Por desgracia, esta figura representa solo el 6 % en Turquía. Es una ratio increíble y que da qué pensar. Por supuesto, en el centro de esta desigualdad hay muchas capas de obstáculos a los que se enfrenta una directora que intenta hacer su primera película y forjar una carrera. Para empezar, la barrera más significativa es el desequilibrio entre los fondos públicos y la inversión privada. En los últimos cinco años, solo el 8 % de las películas que recibieron apoyo de fondos públicos en Turquía estaban dirigidas por mujeres. Además de estas estadísticas, cuando escucho las historias individuales de mujeres directoras que están recorriendo el mismo camino que yo, me hablan una y otra vez sobre las barreras que se encuentran a cada paso del camino, y las palabras que les dicen a menudo: “No puedes hacerlo”. Creo que todas esas mujeres que pueden continuar haciendo películas, sobre todo en Turquía, son guerreras feroces armadas con una determinación y perseverancia infinitas.

¿Cuáles fueron las principales dificultades mientras grababas la película en un pueblo remoto en pleno invierno?
La localización y las condiciones climáticas fueron nuestro principal desafío. Necesitábamos el invierno más extremo posible, así como la mayor cantidad de nieve posible, y que durasen los 29 días de rodaje. El cambio climático también afectó a nuestro proceso de grabación: descubrimos que muchos lugares de Turquía que en años anteriores habían estado cubiertos de nieve ahora tienen muy poca. Al final, tuvimos que irnos a un pueblo de alta montaña en el extremo nororiental de Turquía. Durante el rodaje, hubo días en que no pudimos desplazarnos hasta el pueblo donde grabamos desde nuestro alojamiento debido a las tormentas de nieve y al hielo en la carretera. Algunas noches, tuvimos que trabajar a -30 grados. Sin embargo, agradezco todos esos retos porque también nos permitieron crear la atmósfera única de la película.

(Traducción del inglés)