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Bélgica / Países Bajos / Irak

Sahim Omar Kalifa • Director de Baghdad Messi

"Esta historia es una metáfora de la manera en la que el sueño iraquí ha sido pulverizado"

por 

- Entrevistamos al director belgo-kurdo, que ha decidido reinventar su exitoso cortometraje para convertirlo en largometraje

Sahim Omar Kalifa • Director de Baghdad Messi
(© Bram Goots)

En 2014, Baghdad Messi, un cortometraje dirigido por Sahim Omar Kalifa, cineasta kurdo que lleva exiliado en Bélgica desde 2001 y se formó en Sint-Lukas, fue seleccionado para los Óscar. La película, que transmite un mensaje de esperanza que toca muy de cerca al cineasta, dio posteriormente la vuelta al mundo. Tras realizar un primer largometraje ambientado en Bélgica (Zagros [+lee también:
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), el director decidió regresar a Irak para desarrollar su cortometraje y convertir Baghdad Messi [+lee también:
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en un largometraje con el fin de que estuviera dirigido a un público todavía más amplio. La película ha sido presentada recientemente en el Festival de Ostende, y nos hemos reunido con Sahim Omar Kalifa para hablar sobre esta experiencia única.

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Cineuropa: ¿Cuál es el origen de esta historia que empezó siendo un cortometraje?
Sahim Omar Kalifa: Siempre escribo historias que me tocan muy de cerca, hasta cierto punto. En Baghdad Messi hay un pedacito de mí, pero la historia ha evolucionado lo suficiente como para que pueda decir que esta historia no es idéntica a la mía. Evidentemente, no he perdido ninguna pierna, pero sí que he vivido la guerra en Irak y, sobre todo, he sido todo un aficionado al fútbol, jugaba todos los días y no me perdía ningún partido.

En 2001, cuando llegué a Bélgica con mi familia, conseguimos que nos dieran el estatuto de refugiados, pero no conseguía sentirme feliz, y no entendía por qué. Fue entonces cuando comprendí que el fútbol había cambiado mi vida en aquella época, que me había ayudado a conservar cierto optimismo,  que necesitaba volver a conectar con él. Esa es la razón por la que decidí hacer una película sobre ello.

Está claro que en el cine lo importante no es lo que se dice, sino cómo se dice, así que necesitaba convertir mi pasión por el fútbol en algo interesante a nivel narrativo. La película trata sobre cómo Hamoudi escapa de la realidad gracias a su pasión, por dura que sea esta realidad en el caso del niño —debido a la guerra, los conflictos entre suníes y chiíes, su discapacidad y la situación de su padre—. Su padre entiende todo eso perfectamente y hace todo lo posible para ayudar a Hamoudi a aferrarse a su felicidad a través del fútbol.

¿Por qué decidiste transformar el cortometraje en un largometraje?
El cortometraje ganó varios premios, fue preseleccionado para los Óscar y conmovió a millones de personas, así que pensamos que podríamos llegar a más gente aún con un largometraje, y que la historia podría desarrollarse para poder hablar más de Irak. El cortometraje "se limita" a contar la historia de un niño en su pequeña aldea, por lo que tuvimos que añadir algunas capas adicionales de complejidad para convertirlo en un largometraje. Una de estas capas la componen sus padres, un matrimonio bagdadí culto que antes de la guerra tuvo la oportunidad de conocer una de las ciudades más bonitas de Oriente Próximo. El padre, de hecho, desempeña un papel crucial, ya que trabaja para una empresa de seguridad estadounidense, y eso le lleva a hacer que el sueño de su hijo se desvanezca. También considerábamos que era importante crear una figura materna increíblemente fuerte y cariñosa que se alejara de la imagen tradicional de las mujeres locales como muy conservadoras; ella lucha por su familia. El padre y la madre tienen dos formas muy distintas de mostrar el amor por su hijo y de apoyarle.

Hamoudi sufre una doble pérdida: la de su pierna —y con ella, su sueño de jugar al fútbol— y la de su ciudad y entorno. Tras el tiroteo del que es víctima y en el que se ve implicado su padre, muy a su pesar, se trasladan a un pequeño pueblo que parece acogedor hasta que se dan cuenta de que la comunidad no va a aceptarlos. Y es que las diversas guerras religiosas han puesto las cosas muy difíciles, incluso dentro de las propias familias.

¿Entonces, el largometraje adopta un enfoque más político?
Para nosotros, se trata de una historia con mucho simbolismo. A través del momento en el que Hamoudi pierde la pierna y su sueño de jugar al fútbol se esfuma tras quedar atrapado en el fuego cruzado de un tiroteo entre mercenarios estadounidenses y rebeldes iraquíes, se transmite una metáfora del modo en que las tropas de la coalición han arruinado el sueño iraquí, del modo en que los estadounidenses han destruido el país. Como soy de origen kurdo, me alegro mucho, evidentemente, de que los estadounidenses ayudaran a liberar el Kurdistán, pero el precio que hemos pagado está a la vista. Mosul, al igual que Bagdad, era una de las ciudades más bellas de la región, e incluso del mundo, antes del conflicto. Recuerdo que, en los años 80, ir a Mosul era para mí como ir a Europa, y mira ahora, la ciudad está irreconocible. Lo que vive el padre de Hamoudi es lo mismo que han vivido muchas otras personas como él antes, iraquíes que han trabajado para los estadounidenses y que, tras ser abandonados por estos últimos, han terminado siendo vistos como traidores por la población local.

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(Traducción del francés)

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