23/03/2005 - La opinión del distribuidor francés de J’aime travailler, dirigente de Acadra Distribution y delegado general del festival de la película italiana de Annecy

La opinión del distribuidor francés de J’aime travailler. Dirigente de Acadra Distribution y delegado general del festival de la película italiana de Annecy, Pedro Todeschini es un también presidente del CICAE (Confederación Internacional de los Cines Arte y Ensayo)

Cineuropa: ¿Por qué decidió distribuir J’aime travailler?
Pierre Todeschini: Me parecia completamente anormal que la película no fuera distribuida. Acadra fue creada porque que una serie de películas presentadas en el festival de Annecy no encontraban distribución y deseábamos atenuar esta falla con el fin de que el nuevo cine italiano estuviera disponible en el Hexágono . Francesca Comencini había obtenido el premio Sergio Leone en Annecy, una recompensa que va a un o una cineasta que, en opinión de los organizadores merece un reconocimiento internacional. Para la salida, a contracorriente con asociaciones de explotadores, agrupaciones regionales y la película estrenada el 9 de marzo con 12 copias esta programada hasta el final de junio.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Cuál es la situación de la circulación de las películas de arte & ensayo europeas en las salas del Viejo Continente?
Es insuficiente, incluso a menudo catastrófica. Las películas no-nacionales representan alrededor de un 7% por término medio de la frecuentación de los países europeos y este 7% es a menudo monopolizado por tres o cuatro producciones. La falta de diversidad de estas cinematografías es extremadamente perturbadora: a menudo las películas que obtienen un éxito público importante (salvo excepción Good Bye, Lénine!) no son representativos de sus propias identidades culturales. Por regla general, las películas europeas arte & ensayo son pequeños presupuestos que no tienen los medios de justificar una fuerte distribución en otros países donde la rentabilidad solamente en salas no es posible. Por otra parte, desde hace tiempo, las televisiones ya no compran las películas de los países vecinos, excepto las obras de algunos grandes nombres. Es necesario, en consecuencia, trabajar a largo plazo con iniciativas como Cinédiversité lanzada por el CICAE. Es imprescindible volver a dar el gusto y el deseo de esta diversidad cultural y contar con un voluntariado que va de los distribuidores al público pasando por los explotadores. Es toda una máquina que debe volver a ponerse en marcha.