21/10/2005 - Jan Cvitkovič • Director de De fosa en fosa

Arqueólogo, actor, escritor y director casi por curiosidad, Jan Cvitkovič es uno de los cineastas más prometedores de Eslovenia. Bread and Milk, su primer largometraje, presentado en el Festival Internacional de Cine de Venecia en el 2001, recibió el León de Oro del Futuro. Ahora Cvitkovič regresa con De fosa en fosa (t.o. Odgrobadogroba), una obra croata-eslovena coproducida por Staragara, Propeler film Zagreb, RTV Slovenja, y cofinanciada por el Slovene Film Fund y el Ministerio de Cultura de Croacia. La película, que recibió el premio Altadis – Nuevos Directores en la última edición del Festival de Cine de San Sebastián, está a punto de estrenarse en Eslovenia en el marco del Festival Internacional de Cine de Liubliana (10 – 24 Noviembre). Centrándose en la vida diaria de un orador de funerales, de su familia y amigos, Cvitkovič combina en su nuevo largometraje elementos de comedia negra y versiones instrumentales de música pop con la sombra de una violenta tragedia no anunciada. Entrevista con un cineasta, cuyo sentido de la ironía alimenta no solo sus guiones sino también sus respuestas.

Cineuropa: De fosa en fosa habla de la relación entre el Hombre y la muerte, pero todos los personajes parecen ser muy irónicos hacia la idea de morirse. ¿Es esto una especie de mecanismo auto defensivo?
Jan Cvitkovič: La gente que conozco es muy irónica en lo que a la muerte se refiere. Es un tipo de arma contra el miedo. He usado esta ironía, pero la película es más sobre el aceptar la idea de que nuestra hora nos llegará. Un personaje, muere voluntariamente, digamos que por amor… Toda persona debería llegar al punto de su vida donde se percata de que la muerte no es algo tan terrible: es parte de la vida y deberíamos aprender a aceptarlo.

¿Qué hay sobre la relación con Dios? ¿Está realmente presente fuera de las ceremonias religiosas?
En realidad no me gustan las religiones. Cuando digo Dios, me refiero al Universo. Al principio de la película hay una citación de J. D. Salinger sobre todo lo que nos rodea siendo Dios, sobre un niño de 6 años que se da cuenta de esto, mientras ve a su hermanita bebé tomando leche: ella es Dios, y la leche es Dios. Esta es la clave para comprender la película.

¿Por qué escribir sobre un hombre que es orador en funerales? ¿ Es un trabajo de verdad en Eslovenia?
La gente lo hace de manera voluntaria y si quieres les puedes pagar. Es algo aun bastante común en los pueblos. La idea se me ocurrió de manera natural mientras discutía el tema con un amigo. Pero a diferencia de mi última película, no se basa en personas de verdad, los personajes son todos inventados.

¿Cómo hizo para emparejar a los personajes con los actores? ¿Requería, por su parte, alguna atención especial el personaje del sordomudo?
Sonja Savis, que interpreta a Ida, es muy diferente a los otros actores. Mantenemos una relación muy intensa que puede resultar en desacuerdos, pero es a la vez inspirador. Con ella y el resto del reparto, contábamos con dos meses de preparación. Realizamos ejercicios que no tenían nada que ver con la película. Trabajamos mucho la improvisación, en vez de hacer sesiones de repaso basándonos en el guión.

¿Se respetó el guión durante el rodaje o se les permitió a los actores que improvisaran?
Varias cosas se inventaron en el plató comentándolas con los actores. Hice sugerencias sin saber por que. Entonces, al editar la película, me di cuenta de que algunas de esas escenas eran las más poderosas de la película. Me gusta dejarme llevar por la intuición.

La película parece empezar como una comedia negra, tomando un tono muy trágico hacia el final. ¿Por qué?
La parte decisiva de la película no fue improvisada en nada. Cuando realizo una obra nunca pienso en géneros, los encuentro muy limitadores. Simplemente, en ese aspecto, me dejé llevar de nuevo por mi intuición.

¿Nos puede hablar sobre su trabajo con Simon Tanšek en la fotografía de su película?
Estaba pensando acerca de qué tipo de película quería hacer y comencé a analizar algunas pinturas. Me gustaban los colores de Degas y los utilicé como fuente de inspiración para las escenas interiores, quería tener una luz dorada. Simon, con quien ya había trabajado en Idle Running (1999), pasó algún tiempo conmigo en la campiña eslovena para poder sentir y estudiar la luz.

¿Fue difícil financiar la obra?
Conseguimos apoyo del Fondo de Cine Esloveno, y esta vez todo salió bien. Pero con mi película anterior Bread and Milk tuve una experiencia distinta. Esta fue inicialmente rechazada. Entonces el jurado cambió y volví a presentar mi proyecto (sin cambiar ni una línea), y se aceptó. La película también recibió apoyo del Ministerio de Cultura de Croacia, a pesar de que se rodase íntegramente en el oeste de Eslovenia. El making of, lo filmó un equipo croata.

¿Es cierto que no es un amante del cine?
Es cierto que no nací aficionado al cine. En realidad soy un arqueólogo, pero accidentalmente comencé a escribir guiones, luego a actuar, y finalmente pensé que podría ser interesante filmar mis propios guiones. Me mataba la curiosidad por probarlo. Algunas cosas escritas por mí y filmadas por otros salieron totalmente diferentes de lo que esperaba. Por eso dije: lo haré yo mismo. Hice un guión para un corto, Bread and Milk, que luego se convirtió en largometraje. Tuvo éxito y seguí adelante. Ahora me dedico a la poesía, lo cual disfruto más que nada en estos momentos. Cuando se me acabe el dinero volveré a las películas.

¿Entonces lo hace todo por dinero?
(Riéndose) Pues claro.