06/05/2008

Encuentro con el delegado general de la Quincena de los Directores (del 15 al 25 de mayo), que celebra este año su edición número cuarenta en el marco del 61º Festival de Cannes.

Cineuropa: ¿Cuáles son las tendencias de esta 40ª edición?
Olivier Père: Hemos seleccionado 22 largometrajes, de los cuales 15 de cineastas que nunca habían venido a Cannes con un largo. Además, presentamos cinco operas primas en concurso por la Cámara de Oro. Nuestro objetivo es encontrar películas que se distinguen en su audacia, su singularidad, su riesgo, su dinamicidad. Teníamos muchas opciones este año y hemos privilegiado las obras que dan prueba de una determinada urgencia, que es el papel que corresponde a la Quincena.

¿Han surgido temas transversales ?
Las películas son seleccionadas por sus propias cualidades. Sin embargo, siempre se dibuja un paisaje y unos enfoques apasionantes. Este año, se observa una fuerte presencia de la relación entre ficción y documental, una viaje entre lo cinematográfico y lo real. En estilos muy diferentes se plantea la cuestión de un cine no militante, sino voluntario, vinculado a la política, al estado del mundo y a la poesía.

¿Se puede hablar de un renacimiento del cine belga con dos títulos en su selección?
El cine belga goza de una buena salud desde hace varios años. Son dos películas de autor, pero muy diferentes. Eldorado [+lee también:
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ficha de la película], de Bouli Lanners, es una comedia agridulce, una película de carretera con un universo sumamente particular. En cuanto a Joachim Lafosse, confirma un talento excepcional con Elève Libre [+lee también:
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entrevista: Jacques-Henri Bronckart
entrevista: Joachim Lafosse
ficha de la película], una cinta más clásica en la forma, pero cuya historia, quizás de mayor dureza, perturba y tiene una gran originalidad.

¿Europa del Este regresa con fuerza?
Sí, y es una buena noticia. De Jerzy Skolimowski, un gran maestro que regresa a Polonia y al cine, a la tercera película, con tintes generacionales, de Radu Muntean, pasando por el debut del eslovaco Juraj Lehotsky sobre el amor entre ciegos, sin olvidar una producción rusa. Este año se ha asistido a un desplazamiento geográfico hacia Europa del Este y América Latina. a

La Quincena presentará el único largometraje español seleccionado en Cannes este año
Además, es catalán (El Cant dels ocells, de Albert Serra). La Quincena invita por tercer año consecutivo a un joven cineasta español. Tenemos un enorme interés desde hace algunas ediciones por esta cinematografía, al igual que por los italianos y los portugueses, representados este año por Francesco Munzi y Miguel Gomes respectivamente. Pero son las películas las que dictan nuestras elecciones, no los planes iniciales ni los nacionalidades.

Cinco películas francesas en el programa, ¿es el número ideal?
Es menos que las seis y siete de los años anteriores. Este número de cinco no me molesta ya que hay muchas propuestas apasionantes de cine de autor francés. Este año hay asiduos de Cannes (Bertrand Bonello, los hermanos Larrieu, Claire Simon, Rabah Ameur-Zaïmeche), notables cineastas por su independencia, su estilo y su originalidad. Es también por eso que deseamos que un joven realizador como Nicola Sornaga esté presente con una película extremadamente libre y poética.

¿Cuál es su sentimiento con relación al 40ª aniversario de la Quincena?
Hay una verdadera coherencia entre lo que pasó en 1969 en términos de selección y nuestro programa del 2008: películas de autores, de artistas, a veces obras experimentales. Pertenecemos a una historia del cine de la vanguardia, moderno e independiente económicamente. En 1969, en la Quincena estaban presentes Glauber Rocha, Fassbinder, Oshima, luego vinieron Haneke, Jarmush, Egoyan y tanto otros. Nos sentimos orgullosos de esta herencia y deseamos perpetuarla. Este aniversario nos dará no sólo la ocasión de recibir en Cannes a cineastas vinculados a la historia de la Quincena, sino también la posibilidad de organizar hasta finales del año varios homenajes y retrospectivas en el extranjero.