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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Los hombres que no amaban a las mujeres

por 

- Una investigación angustiosa en una Suecia al pasado turbio para un thriller sombrío, primer capítulo cinematográfico de una trilogía novelesca vendida en más de 10 millones de ejemplares

Los protagonistas de la novela son un obstinado periodista de investigación a la búsqueda de credibilidad y una investigadora privada brillante pero socialmente inadaptada. Sus nombres: Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander. Predilectos de millones de lectores apasionados por la trilogía policiaca Millennium, escrita por el sueco Stieg Larsson (a su vez un periodista famoso por su lucha contra la extrema derecha, el racismo y el sexismo, fallecido en 2004 justo antes de la publicación de su best-seller), los dos personajes llegan a la gran pantalla en la adaptación del primer volumen de la novela: Los hombres que no amaban a las mujeres.

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Encargado de la delicada misión de no decepcionar a los aficionados y de seducir a un público más amplio, el realizador danés Niels Arden Oplev consigue con Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres [+lee también:
tráiler
entrevista: Niels Arden Oplev
entrevista: Søren Stærmose
ficha de la película
]
un thriller muy eficaz, manteniendo sin aliento al espectador a lo largo de los 150 minutos sin renunciar al realismo de una investigación que desvela una parte oscura del pasado de Suecia. Escrito por Nikolaj Arcel y Rasmus Heisterberg, el guión es relativamente fiel a la novela, concentrándose aún más en la pareja protagonista y utilizando algunos atajos que permiten al largometraje ganar en densidad en lugar de las intrigas y figuras secundarias desarrolladas con talento en la novela.

Habiendo perdido un juicio tras haber caído en una trampa orquestada por un poderoso hombre de negocios al cual atacó, el experimentado periodista Mikael Blomkvist (un excelente Michael Nyqvist), alma de la revista de investigación Millénium, ha sido dejado de lado. Blomkvist acepta el encargo de Henrick Vanger (Sven-Bertil Taube), patriarca de un grupo industrial, de retomar un caso que data de 30 años: la misteriosa desaparición de Harriet, de 15 años, que desapareció durante una reunión familiar en la isla que será el centro de la narración. El periodista, que se muda a la isla, se lanza meticulosamente en esta investigación en principio imposible que lo conducirá a un pasado nazi que gangrena las generaciones siguientes. Contará con la colaboración de la asombrosa Lisbeth Salander (una espléndida Noomi Rapace), una joven oculta tras una apariencia gótica, llena de tatuajes, pendientes y una independencia feroz, excepcionalmente inteligente y hacker de talento: una particularidad que le crea también serios problemas con su profesor Nils Bjurman (Peter Andersson).

Llevada por un ritmo muy sostenido gracias a un montaje que teje diestramente en la primera parte la trayectoria de Blomkvist et Salander (que se encuentran en el minuto 75 de la película), Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres aprovecha los meandros de la investigación sobre los índices fotográficos de 1966 que la tecnología informática moderna adapta a la manera de Blow-Up. Jugando visualmente sobre una atmósfera crepuscular, el largometraje consigue mantener un suspenso constante, alternando la investigación de proximidad en un estilo popularizado por el inspector Wallander de Henning Mankell y brutales momentos de violencia sobre el tema de la explotación sexual de las mujeres. Una mezcla que da a Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres el resplandor oscuro de una denuncia social bajo la forma del entretenimiento y el estatuto de una historia que no debe dejarse de lado puesto que los dos capítulos siguientes de la trilogía, previstos en principio para la televisión, llegarán también al cine gracias al enorme éxito de este primera producción en Escandinavia.

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(Traducción del francés)

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