30/11/2009

Como actor, Sergio Rubini tuvo la suerte de interpretar al alter ego de Federico Fellini en la autobiográfica Entrevista (1987), cuando el realizador dirigía su penúltima película y Rubini tenía 28 años. Del maestro adquirió el gusto por el sueño, lo grotesco y el “amarcord” [en el dialecto de la región de Fellini significa “me acuerdo”]. Como consecuencia, Rubini se convirtió en un director interesante por su gran vivacidad y la densidad de sus imágenes.

Los últimos trabajos de Rubini se componen por recuerdos de su Apulia natal y su infancia, en una especie de apropiación histórica de recuerdos ajenos, rostros, sombras y perfumes, afectos y sentimientos, incluso violentos, en un continuo viaje hacia su inconsciente. “Si no nos fijamos en nosotros mismos, ¿de qué hablamos?”, afirma el director, que ha hecho eso mismo en La terra, L'amore ritorna [+lee también:
tráiler
ficha de la película], L'anima gemella [+lee también:
tráiler
ficha de la película], Tutto l'amore che c'è, en su ópera prima La estación, de 1990. Lo ha hecho también en L'uomo nero [+lee también:
tráiler
ficha de la película], su décimo largometraje, una coproducción de Bianca Film y Rai Cinema que será estrenada el próximo 4 de diciembre con más de 200 copias por 01 Distribution.

El guión, escrito por Domenico Starnone - que, como Rubini, es hijo de un ferroviario – junto a Carla Cavalluzzi, narra la historia de Ernesto (interpretado por Rubini) en un pueblo de Apulia en los años 60, con dones artísticos, pero obligado a conformarse como pintor aficionado porque sus conciudadanos frustran sus ambiciones. Forman parte de su familia su esposa (Valeria Golino), que ha estudiado pero que continúa siendo sólo ama de casa, un cuñado de 37 años, soltero y mujeriego (Riccardo Scamarcio) y su vivaracho hijo de siete años (Guido Giaquinto), víctima de las manías artísticas de su padre. La historia es narrada a través de la mirada del niño, que la vuelve más imaginativa y pintoresca. Ernesto es también una víctima, de dos notables del pueblo, el profesor Venusio y el abogado Pizzetti (los estupendos Vito Signorile y Maurizio Micheli, como el Gato y el Zorro de Pinocho). Y sólo cuando será adulto, a la muerte de su padre, el niño descubrirá el silencioso chantaje del padre y comprenderá que aquel hombre irascible no era “el hombre sombrío” que él pensaba.

Si L'uomo nero es un verdadero catálogo de auto citaciones (de La stazione, donde Rubini era el jefe de la estación en un pueblo, a Denti de Gabriele Salvatores, basado en una novela de Starnone con Rubini como protagonista, e incluso el reciente Colpo d'occhio en la polémica sobre la función de la crítica, negada por el director), la brillante interpretación del trío de actores (además del pequeño Guido Giaquinto y el resto del elenco) renueva una idea original que Rubini alimenta, permaneciendo en los tonos ligeros de la comedia.

(Traducción del italiano)