20/10/2010

Otra de las grandes triunfadoras del Festival de Sitges, aunque han pasado ya ocho meses desde que fuese proyectada en un certamen cinematográfico (Sundance), ha sido Buried [+lee también:
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entrevista: Rodrigo Cortés
ficha de la película], que ha culminado un año excelente con el premio Méliès de Oro a la mejor película europea de cine fantástico del año, otorgado anualmente por la Federación de Festivales de Cine Fantástico de Europa.

Así, el segundo largometraje del gallego Rodrigo Cortés sigue los pasos de producciones como la francesa Martyrs [+lee también:
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ficha de la película] (2009), la sueca Déjame entrar (2008) o la danesa Las manzanas de Adán (2006).

Además, en tres semanas de exhibición en España, Buried ha recaudado 1,86 millones de euros, una cifra excepcional teniendo en cuenta que lo medido del lanzamiento (199 copias) y, sobre todo, las características de la cinta, ambientada íntegramente en un ataúd, donde se encuentra enterrado un contratista civil estadounidense (Ryan Reynolds). Aunque la crítica de medio mundo se ha rendido ante la habilidad del realizador para mantener la tensión con tan pocos elementos, no hay duda de que es difícil que logre conectar con un público masivo.

Sin embargo, gracias al inteligente planteamiento de producción y promoción (el mismo Cortés ha afirmado, medio en broma, medio en serio, que en realidad ha rodado el remake estadounidense de su película), Buried se ha convertido en el lanzamiento más grande de la historia de una producción española (4.000 copias en todo el mundo).

Este éxito ha propiciado que Cortés pueda contar nada menos que con Robert de Niro y Sigourney Weaver para su próximo trabajo, Red Lights, que será producida nuevamente por Versus Entertainment (en esta ocasión con la estadounidense Parlay Films y las surcoreanas CSE Entertainment y Blue Storm Prods) y ha recibido el apoyo del ICAA para el desarrollo del guión.