28/01/2011

“Algunas películas hay que hacerlas ahora o nunca. Wasted Youth es una de ellas”, dijeron Argyris Papadimitropoulos y Jan Vogel cuando supieron que su película inauguraría la 40ª edición del Festival de Rotterdam, que comenzó el pasado 26 de enero y se prolongará hasta el 6 de febrero. Tras su proyección oficial el pasado miércoles y el pase para la prensa realizado ayer en Grecia, no hay duda de que tenían razón.

Basada en uno de los episodios más llamativos de la historia griega reciente, la película es, según Papadimitropoulos, un proyecto de urgencia. “Jan trabaja de vez en cuando en Grecia, hemos hechos algunos anuncios juntos y conoce bien la situación aquí”, explica el director de 34 años, que consiguió un gran éxito en taquilla en 2009 con su ópera prima Bank Bang. “Mientras trabajábamos en un proyecto que ya había sido aprobado, empezamos a hablar sobre algunos eventos recientes de Grecia y los cambios que habían provocado y nos dijimos que debería haber una película sobre ello, así que decidimos hacerla nosotros”, añade.

“Han pasado nueve meses desde entonces”, apostilla. En junio de 2010, empezaron a llenar su oficina en el centro de Atenas con fotografías y entrevistas a jóvenes skaters que frecuentaban una tienda cercana. “Como no teníamos guión, decidimos trabajar sin pausa durante un mes, ver qué podíamos sacar y luego rodar durante otro mes”, dice sobre la película, cuyo rodaje terminó en julio.

La película está dividida en dos historias que se desarrollan de modo paralelo, protagonizadas respectivamente por un skater que se pasa el día patinando con sus amigos y un angustiado hombre de mediana edad que intenta salir adelante con un trabajo que odia en medio de una tempestad económica que le llena de pánico.

La descarnada interpretación del actor no profesional Harry Markou, que interpreta al skater, proporciona a la película una gran inmediatez, al igual que Arthur Kivilioff y Jason Wastor, amigos suyos en el vida real. “Trabajar con actores no profesionales ha sido una decisión artística desde el principio”, explica Papadimitropoulos, que añade que no tenían la intención de “seleccionar a profesionales que hiciesen de chavales”.

Dos representantes de la Nueva Ola Griega, Yannis Economides, conocido por su capacidad de innovación, y Syllas Tzoumerkas, autores de Soul Kicking [+lee también:
crítica
ficha de la película] y Homeland [+lee también:
tráiler
ficha de la película] respectivamente, hacen sendos cameos en la película, lo cual le otorga un certificado de autenticidad a esta nueva muestra de análisis social, un elemento que caracteriza el cine independiente griego.

Un certificado muy merecido, sin duda. Cuando Wasted Youth termina con su descripción dolorosamente naturalista, al estilo de Gus van Sant, de la desalentadora vida diaria y de la indiferencia adolescente ante los problemas para sobrevivir en un ambiente tan hostil, la escena final coge a los espectadores por el cuello y les muestra toda la crueldad que puede darle la película.

(Traducción del inglés)