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BERLINALE 2011 Competición / Alemania-Turquía

Our Grand Despair: ni lo uno ni lo otro

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Cuando, al final de una película, dos hombres observan a una hermosa joven que saborea una rebanada de pan con queso feta y mermelada de fresa, y la expresión de los tres tiene un significado mucho mayor que el de una simple mirada, queda claro que el recorrido emocional de la cinta es tan sutil como eficaz.

Tres años después de presentar su ópera prima, Tatil Kitabi, en la sección Forum del festival de Berlín, el turco Seyfi Teoman regresa para competir por el Oso de oro con Our Grand Despair [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
: una adaptación de la novela homónima de Baris Bicakci salida del taller de la Cinéfondation de Cannes y coproducida por Bulut Film, la berlinelsa unafilmy la neerlandesa Circe Film.

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La acción –si puede hablarse de acción en una película que relata el nacimiento de unos sentimientos, alejados de una sucessión de acciones– transcurre en Ankara. Tras la muerte de sus padres en un accidente, una joven estudiante, Nihal, es enviada por su hermano, residente en el extranjero, a una «pareja» de viejos amigos, el jovial Çetin y el poético Ender, que llevan una amistad solícita y risueña –«como un romance»–. Cuando la joven llega, desconsolada, a su casa, ellos se comportan de manera cariñosa y paternal; sin embargo, a medida que comparten historias, comidas y paseos (tres motivos que acompasan toda la obra) empiezan a conocerse y desarrollan una tierna complicidad: las miradas que se intercambian empiezan a ser de otro tipo y mandan a los tres fervientes narradores de anécdotas e historias al necesario terreno del callamiento.

Ambos, Çetin y Ender, se han enamorado de Nihal y se alegran de poder compartir juntos las encantadoras imágenes que ella ha traído a sus vidas, pero saben que por razones obvias, no es posible llegar a nada más. Los diálogos de la película son hermosos, pero lo más importante es lo que no se dice y envuelve las auras, distintas pero excepcionales, de los tres actores. La intervención, por partida doble, del hermano de Çetin, tiene una forma interesante de servir de prólogo y posteriormente de epílogo que cierra el círculo, con un nuevo llanto de Nihal, similar al primero porque todo tendrá que volver a cambiar.

Cuando Nihal pregunta a Ender por qué, en Ratones y hombres, Lennie acaricia los cabellos de la mujer de Curley, este último responde que es algo complicado, que no es ni lo uno ni lo otro. En la delicadeza de los silencios, de los gestos cotidianos y las miradas que destronan a las palabras, Our Grand Despair no presenta situaciones contrastadas, definidas –como apunta Nihal, qué manía que tienen los hombres de quererlo todo con claridad–. La belleza de la relación triangular que transcurre en la cinta mantiene un equilibrio precioso, tejido con paciencia y afecto; el mismo que uno puede apreciar, de repente, con todos sus matices, en esa simple rebanada de pan con queso feta y mermelada de fresa.

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(Traducción del francés)

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