07/03/2011

El balance del año 2010 en los cines alemanes es muy decepcionante, según las cifras del FFA (organismo de regulación del cine alemán), con sólo 126,6 millones de espectadores por 146,3 en 2009, lo que representa una disminución del 13,5%. Por su parte, los ingresos totales registrados pasaron de 976,1 millones de euros a 920,4 millones. La pérdida se ha limitado al 5,7% gracias al precio más caro de las sesiones en 3D.

La cuota de mercado del cine alemán descendió a un nivel inferior incluso al del año 2005 (cuando había alcanzado el 17,4%): las películas locales registraron en 2010 el 16,8% de la cuota de mercado solamente (20,9 millones de entradas), por un 27,4% en 2009 (39,9 millones de entradas). Peter Dinges, director general del FFA, destaca que sin el cine alemán las cosas no van bien, y precisa, además, que el fenómeno no sorprende después de dos años excelentes (en 2008, la cuota de mercado de las producciones locales alcanzó el 26,6%) y que se debe, en parte, a la pausa creativa causada por los desacuerdos (y, por consiguiente, a un bloqueo de la financiación) en torno a la nueva ley sobre el cine; unos desacuerdos que ya han sido resueltos (leer más). Estos acontecimientos explican que 189 títulos alemanes de 507 hayan sido estrenados en 2010, por 217 de 513 en 2009.

Por otra parte, en 2011 deberían cambiar las tornas gracias el enorme éxito del último trabajo de Til Schweiger, Kokowääh [+lee también:
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ficha de la película], y la llegada a la gran pantalla de la nueva entrega de Vicky, el vikingo, que será en 3D (Wicky auf großer Fahrt, de Christian Ditter, cuyo estreno está previsto para septiembre). También ayudarán a remontar la cuesta Unknown [+lee también:
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ficha de la película], de Roland Emmerich; Tom Sawyer, de Hermine Huntgeburth; Männerherzen II [+lee también:
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ficha de la película], de Simon Verhoeven, y la coproducción internacional en 3D Los Tres Mosqueteros, de Paul W.S. Anderson, protagonizada por Christoph Waltz, Mads Mikkelsen y Milla Jovovich.

Cabe destacar que, a pesar de todo, los ingresos registrados en 2010 representan el cuarto mejor resultado de todos los tiempos. La llegada del 3D generó una modificación de las estructuras y de las conductas. En 2010, un espectador de cada seis vio una película en 3D aunque los títulos en este formato sólo representan una veinteava parte. Por otro lado, once de estas producciones en 3D se incluyeron entre los 32 títulos que superaron el millón de espectadores. Aunque el número de salas sigue disminuyendo, la digitalización va a tener un efecto positivo sobre la exhibición, como ya lo tuvo sobre el mercado del vídeo, que continúa, a su vez, progresando año tras año.

(Traducción del francés)