13/04/2011

Es bien sabido que Bélgica es un país dividido en dos por una tenaz frontera linguística; una línea que el público belga franquea en raras ocasiones cuando se trata de cine. En este sentido, el (re)estreno en Valonia de la película flamenca Bullhead [+lee también:
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entrevista: Bart Van Langendonck
entrevista: Michaël R. Roskam
ficha de la película], de Michael R. Roskam, es un caso especial.

Hace poco más de dos años, el cine flamenco disfrutó del mayor éxito de toda su historia con Loft [+lee también:
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ficha de la película], un thriller “a la americana” dirigido de manera eficaz por Erik Van Looy. Loft consiguió un total de 1.200.000 espectadores y coronó la lista de las películas más taquilleras en Bélgica... contando únicamente con el público flamenco y con los pocos bruselenses francófonos que se desplazaron a Flandes para asistir a un fenómeno apenas detectado entonces por el radar de los medios francófonos. Tras este éxito fulgurante se inició el debate sobre esta escisión cinematográfica en el país.

En 2009, una película como The Misfortunates [+lee también:
crítica
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entrevista: Felix van Groeningen
ficha de la película], con su etiqueta de película de autor presentada en Cannes, disfrutó de un estreno nacional. La explotación del cine belga francófono (por lo general avaladas por su participación en algún festival) también tiene lugar en las grandes ciudades flamencas como Amberes, Gante o Lovaina. Poco a poco, la frontera se permeabiliza, como demuestra hoy este estreno en los cines de Namur, Lieja, Charleroi y Mons.

Hay que recordar que Bullhead se promociona como el éxito flamenco del año. A principios de abril, más de 400.000 espectadores ya han visto la película en apenas dos meses de exhibición. Cabe esperar, por lo tanto, que la cinta supere las 450.000 entradas que vendió The Misfortunates, convirtiéndose así en la tercera película flamenca con mejores resultados en la taquilla de Bélgica del nuevo milenio, por detrás de Loft y de La memoria del asesino (800.000 entradas vendidas).

Caben las dudas, no obstante, sobre la estrategia de estreno atrasado de la cinta en Valonia: la prensa francófona ya cubrió, en efecto, el estreno “nacional” el pasado mes de febrero, por lo que la noticia ya es agua pasada. En cualquier caso, esta porosidad de la frontera lingüística cinematográfica, ya efectiva en el plano profesional, no puede tener como consecuencia sino el fortalecimiento del cine belga en su conjunto.

(Traducción del francés)