Cinco minutos para la medianoche en el jardín de los Bonobos

27/04/2011

Este miércoles 30 de marzo se estrena en Bélgica Bonobos, de Alain Tixier, una película a caballo entre el documental y la ficción destinada principalmente a un público joven. El director descubrió el santuario Lola Ya Bonobo durante el rodaje de uno de los episodios de la serie Ushuaïa y, fascinado, quiso convertirlo en el escenario de su primera película. Alain Tixier decidió después abordar el destino de Béni, un personaje animal de ficción creado con el propósito de favorecer la empatía con el espectador. Después de ver cómo mataron brutalmente a su madre, el joven Béni fue adoptado por una nueva madre, Claudine André, quien se interpreta a sí misma en la película. Se trata de «una historia de amor, de valor y de esperanza», afirma la heroína a cargo de la reintroducción en la naturaleza de una parte de los bonobos criados en la reserva.

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Claudine André aprendió el oficio de manera autodidacta y se enamoró de estos chimpancés pigmeos en los albores de la guerra civil que se desató en Congo a principios de los años noventa. Por entonces era una voluntaria en el zoo de Kinshasa cuando le trajeron un jovencísimo ejemplar de bonobo que consiguió salvar a pesar de su delicada condición física. Fue el nacimiento de una vocación: la de preservar la especie mediante la protección y, sobre todo, mediante una gran campaña de concienciación entre los habitantes de la ciudad y el campo con el fin de disminuir el tráfico. El santuario no es un espacio dedicado en exclusiva al mundo animal: también es el lugar de acogida y sensibilización de más de 30.000 niños cada año. Cuando se le pregunta por el tono decididamente optimista de la película, Claudine André cita a Oppenheimer: «no soy optimista, pero mantengo la esperanza de recuperar el sentido común». Aunque ya está acostumbrada a los rodajes, guarda un emotivo recuerdo del de Bonobos, de las largas horas de caminatas, del azar de las migraciones de los chimpancés salvajes en la selva ecuatorial. «No fuimos nosotros los que tuvimos que domar a los monos; son ellos los que nos amaestraron». Para ella, el mero hecho de que la película sea vista es ya una forma de alcanzar su objetivo: «Faltan cinco minutos para la medianoche de los bonobos. Hablar de estos simios es ya una manera de salvarlos». La película es una producción de MC4 Productions (Loup [+lee también:
tráiler
ficha de la película], Les Animaux Amoureux, Le Dernier Trappeur) de la que Victory Productions distribuye ocho copias.