21/05/2011

El primer trabajo como director del actor Karl Markovics, titulado Breathing [+lee también:
tráiler
ficha de la película], que acaba de ser presentado en la Quincena de los Realizadores, es una excepcional película protagonizada por Roman (encarnado por el actor no profesional Thomas Schubert), un joven detenido que se ha pasado toda su vida “en el sistema”, ya que fue abandonado al nacer.

Roman está a la espera de que una ventana (algo más grande que la postal que tiene pegada en la pared de su celda) se abra hacia una vida mejor. Por ahora, no tiene amigos, pasatiempos ni libertad, aunque no parece importarle. Como responde a un compañero que dice que uno tendría que querer sólo lo que es posible, “¿no es eso lo que consigues de todos modos?”

El encarcelamiento y la opresión en una cáscara de nuez, la imposibilidad de respirar es transmitida por su propia existencia. Ha solicitado la libertad provisional, por lo que su comportamiento tiene que ser impecable. Durante su primer día fuera de la cárcel, como funcionario del depósito de cadáveres municipal, tiene un horario que cumplir a rajatabla. Su propia respiración es controlada de varias maneras: cuando vuelve cada noche al reformatorio y tiene que desnudarse, inclinarse hacia adelante y toser; cuando se ocupa de los cadáveres; cuando se concede una cerveza y tiene que soplar en el alcoholímetro; cuando sale sin aliento de una piscina. Ni siquiera la cámara de Martin Gschlacht abandona su rostro impasible, creando una intensa empatía con el espectador.

Esta sobrecogedora percepción de ahogo que sentimos, que pesa realmente en el pecho, se ve dolorosamente multiplicada por el hecho de que allá donde va (en realidad, allá donde es obligado a ir) siente que no es bienvenido. En el depósito de cadáveres, su compañero (Georg Friedrich) se muestra especialmente frío hacia él y pone a prueba su resistencia obligándole a hacer las tareas más inhumanas posibles con los cuerpos, especialmente cuando ve el cuerpo muerto y desnudo de una mujer que se apellida como él y podría ser su madre.

Este hecho despierta de repente su sed de respuestas, de reconciliación, de algún modo, con el destino que ha tenido que aguantar sin quejarse y de alguna forma de contacto humano. Como parece desprenderse de las imágenes de sus clases de natación, es posible dejar de respirar durante mucho tiempo antes de volver a la superficie.

(Traducción del francés)