21/09/2011

“Ante todo se trata de un grito de rabia cómico (...) con ganas de cambiar las cosas, de devolver el oxígeno, de hacer reír a los dos bandos, tanto a israelíes como a palestinos, mostrándoles lo absurdo de la situación”. Con su primer largometraje, la coproducción entre Francia, Alemania y Bélgica Cochon de Gaza [+lee también:
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ficha de la película], estrenada hoy en más de 110 salas de Francia por StudioCanal, el escritor Sylvain Estibal logra con creces su propósito. Un excelente Sasson Gabbay (La visite de la fanfare) protagoniza esta cinta que, a caballo entre lo tragicómico y lo burlesco, goza de un gran sentido del humor y de un ritmo pautado por giros sorprendentes y que termina revelándose como todo un himno a la paz.

Le Cochon de Gaza se inspira principalmente en Chaplin y en La vache et le prisonnier (1959), de Henri Verneuil, para retratar a un pescador palestino de Gaza en cuya red aparece inesperadamente un cerdo caído de un carguero. El pescador debe deshacerse de este animal impuro; sin embargo, dada su situación miserable, decide aprovechar la ocasión para tratar de venderlo y ganar algo de dinero; la venta, no obstante, será rocambolesca y derivará en acciones poco aconsejables... “En la película lo que une a los dos bandos es el rechazo al cerdo, que aquí se convierte en el medio, el vínculo, entre las dos comunidades”, explica Sylvain Estibal. “Esta es una película sobre un individuo en mitad de un conflicto. Grito contra el despilfarro, el odio y una religión que se toma demasiado al pie de la letra, negando su mensaje de fraternidad”. El director subraya que Le Cochon de Gaza “no está a favor de ningún bando, sino contra lo absurdo de la situación y a favor de la dignidad humana” y que, por eso, ha abordado el conflicto entre Israel y Palestina “desde una perspectiva humana y burlesca, sin agresividad pero tampoco sin pelos en la lengua”, simplemente con “las ganas de zarandear los discursos políticos petrificados a través del destino de un simple individuo”.

Le Cochon de Gaza es una producción de Francia (Marylin Productions —leer más—, StudioCanal y Rhamsa Productions) con Bélgica (Saga Film) y Alemania (Barry Film), con un presupuesto de 4,24 millones de euros en el que figuran las ayudas de Eurimages, del minitratado de coproducción franco-alemán, de los fondos de NRW, de la Malta Film Commission, de Canal+ y de Orange Cinéma Séries. StudioCanal gestiona las ventas internacionales.

Este miércoles también llega a los cines franceses L’Apollonide, souvenirs de la maison close [+lee también:
crítica
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entrevista: Adèle Haenel
ficha de la película], de Bertrand Bonello (en competición en Cannes —leer la crítica—; distribuye Haut et Court en unas cien salas). Por su parte, Mars Distribution estrena en 627 cines La nouvelle guerre des boutons [+lee también:
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ficha de la película], de Christophe Barratier (leer el artículo y la noticia). También se estrenan La brindille, de Emmanuelle Millet, en 34 salas (descubierta hace poco en Toronto —leer más—), la original Mineurs 27 [+lee también:
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ficha de la película], de Tristan Aurouet (37 copias distribuidas por Bac Films), y la iconoclasta Attenberg [+lee también:
crítica
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entrevista: Athina Rachel Tsangari
ficha de la película], de la griega Athina Rachel Tsangari (ganadora del premio a la mejor actriz en Venecia el año pasado; distribuye Bodega Films 16 copias). El panorama de estrenos europeos esta semana lo completan dos documentales: Laïcité Inch'Allah !, de Nadia El Fani (Jour2fête, 16 copias) y Une vie avec Oradour, de Patrick Séraudie (distribuye Nour Films en 8 salas).

(Traducción del francés)