24/11/2011

“En el pasado, participar en una película francesa era para los productores alemanes algo demasiado caro, complicado, caótico, todo ello sin olvidar el problema del idioma. Y viceversa: los productores franceses guardaban muchas reservas en torno a la competencia cinematográfica de sus homólogos alemanes”. En la inauguración, ayer en París, del noveno encuentro cinematográfico franco-alemán, organizado por Unifrance y German Films, Peter Dinges, delegado general de la FFA (German Federal Film Board), presentó un balance muy positivo de los 10 años del minitratado de coproducción franco-alemán sin cerrar por ello la puerta a posibles mejoras. Eric Garandeau, presidente del Centre National du Cinéma et de l’image animée (CNC), compartió el análisis de su colega.

En total el minitratado ha estado presente en 86 coproducciones, contribuyendo con un total de 33,1 millones de euros a su financiación. Entre sus hitos figuran La cinta blanca [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Michael Haneke
ficha de la película], Feliz Navidad [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Christian Carion
entrevista: Christophe Rossignon
ficha de la película], Tournée [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Mathieu Amalric
entrevista: Mathieu Amalric
ficha de la película] o Pina [+lee también:
tráiler
entrevista: Wim Wenders
ficha de la película]. Por ello, Peter Dinges ha otorgado la calificación de triple A (rebautizada como Alianza Amistosa y Artística) al fondo de coproducción franco-alemán (cuyo presupuesto es de 3 millones de euros) por contradecir con brillantez a “todos aquellos que pensaban que la cultura cinematográfica se antojaba demasiado lejana entre los dos países”. Por su parte, Eric Garandeau subrayó que Alemania constituye el segundo socio coproductor de Francia y que en 2010 se batió el record (23) de coproducciones entre ambos territorios, prueba de una cooperación que es vital en las circunstancias actuales.

Los dos pilotos de las instituciones cinematográficas de ambos países no dejaron de pronunciarse a favor de ciertas mejoras como la inclusión de 300.000 euros al año (150.000 por país) para financiar la fase de desarrollo de las obras. Eric Garandeau apuesta también por intensificar el trabajo en la distribución; por ejemplo, coordinando mejor los estrenos a ambos lados del Rin. El presidente del CNC aprovechó para invitar a las coproducciones mayoritarias alemanas a solicitar ayudas al nuevo fondo francés Cinémas du Monde, que entrará en vigor en 2012 con un presupuesto anual de 6 millones de euros.

Peter Dinges no dudó en abordar algunos temas sensibles y precisó que “el minitratado no tiene vocación de ser un Eurimages en miniatura” y que no debe “apoyar películas invisibles en el país socio”. En cuanto a la posibilidad de apuntillar el proceso de selección de proyectos, Dinges sugirió “preguntarse si el fondo de coproducción es un taller cinematográfico o una instancia de cofinanciación comercial”. Asimismo deseó una participación más activa de Arte y lamentó que no hubiera más puntos en común entre los sistemas de acuerdos del cine francés y el cine alemán: “algunas coproducciones se atascan por cuestiones puramente administrativas”. Esta petición de flexibilización del sistema de puntos francés (vinculado con la lengua francesa) ha sido respaldada por la productora Margaret Menegoz (miembro de la comisión del minitratado). En su intervención Menegoz recordó esta paradoja, que pone en jaque financiero a coproducciones franco-alemanas que, sin embargo, son fáciles de montar con respecto a la complejidad que acarrean las coproducciones artísticas tradicionales.

(Traducción del francés)