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KARLOVY VARY 2012

Boy Eating The Bird’s Food: El cine de la austeridad

por 

- Comparada por muchos con la obra de Bresson, la ópera prima de Ektoras Lygizos es una película tan intimista que roza lo incómodo. La película griega ha sido proyectada a concurso en estreno mundial en Karlovy Vary

La sombra de la crisis económica griega inunda este excepcional debut en el que el realismo y la alegoría viajan de la mano.

Un joven ateniense sin trabajo, dinero o comida, incapaz de encontrar su trabajo soñado como cantante (o incluso como teleoperador), vive solo en su apartamento, mientras las facturas se amontonan y carece de medios para salir adelante. Tras ser desahuciado, recurre a medidas cada vez más desesperadas para sobrevivir. La única cosa que parece importarle es su canario, con el que comparte sin dudar la poca comida y el agua que consigue.

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Boy Eating the Bird's Food [+lee también:
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ficha de la película
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es una película difícil e intensa, en la que el director Ektoras Lygizos se vale de la cámara al hombro para seguir de cerca tres días en la vida del protagonista. La narración avanza a través de elipsis y proporciona poquísima información sobre la razón por la que se encuentra en esa situación. Las ideas de dignidad, virilidad y orgullo entran en juego tanto para hablar de la situación griega como del joven. En general, la poca rigidez de la narración funciona, aunque hay momentos en los que se siente que el realismo de la película disminuye en favor de la alegoría (especialmente en los momentos más melodramáticos).

La película gira en torno a la interpretación, casi completamente muda, de Yannis Papadopoulos, que expresa toda su desesperación y su indisimulada locura. En cada una de las escenas, la intimidad de su interpretación (incluyendo una masturbación que, para bien o para mal, se va a convertir en una de las cosas más comentadas de la película en los próximos meses) resulta casi incómoda aunque decididamente extraordinaria.

En su imperfección y sus errores, existe algo crudo y hermoso en esta cinta. Puede que sea excesiva para los distribuidores (la anteriormente mencionada escena de onanismo desanimará a más de uno), pero Boy Eating the Bird's Food debería hacerse con un hueco en el circuito de festivales. Lygzios es un talento al que seguir de cerca de cara al futuro.

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(Traducción del inglés)

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