16/07/2012 - Acogida muy bien en Sundance y otros festivales internacionales, el primer largometraje profesional realizado en Groenlandia ha sido visto por 4.500 personas

Cuando Nuummioq, dirigida por el groenlandés residente en Dinamarca Otto Rosing, fue presentada con gran éxito de crítica en la edición de 2010 del Festival de Sundance, muchos vieron en ella el pistoletazo de salida de la emergente industria cinematográfica de Groenlandia (la isla más grande del mundo, con 2,2 millones de kilómetros cuadrados y sólo 57.000 habitantes; un país autónomo dentro de Dinamarca, entre los océanos Ártico y Atlántico).

Sin embargo, hasta ahora la primera película profesional realizada en Groenlandia sólo ha sido estrenada en su país de origen (en el cine Katuaq de la capital Nuuk en noviembre de 2009) y ha sido vista por 4.500 personas. Ahora pasará a los juzgados, ya que Rosing ha denunciado al productor Mikisoq H. Lynge por malversación de fondos, según informa la revisa danesa Ekko.

Tras Sundance, Nuummioq fue presentada en festivales de Alemania, Islandia, Canadá, Turquía, Reino Unido y República Checa y se convirtió en el primer representante de Groenlandia para el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa. La británica The Works había ofrecido 100.000 euros por representar los derechos de la película en todo el mundo excepto EE. UU. y Dinamarca. Sin embargo, la propiedad de los derechos sobre la película no se aclaró en el arco de ocho meses y el acuerdo fue anulado.

Rodada durante 28 días en agosto de 2008 con el hermano del director, Lars Rosing, y Julie Berthelsen como protagonistas, la historia gira en torno a un obrero de la construcción de Nuuk que se enamora perdidamente antes de que le diagnostiquen un cáncer incurable. ¿Debería ir a Dinamarca, donde podría ser tratado y arañar algunos años de vida, o quedarse en Groenlandia y morir?

Lynge vendió el 49% de las acciones de su productora, 3900Films, para armar este proyecto, cuyo presupuesto asciende a 600.000 euros, en parte financiado con aplazamientos de pagos. Los primeros problemas surgieron cuando Rosing cayó en una depresión y el guionista Torben Bech tuvo que acabar la película. Luego, la productora declaró la bancarrota, dejando deudas por valor de 250.000 euros, incluyendo salarios no pagados al equipo técnico y artístico.

(Traducción del inglés)