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ESTRENOS Italia

Massimiliano Bruno da un repaso a la mala política en Viva l'Italia

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- El 25 de octubre se estrena en Italia su segunda película como director tras Nessuno mi può giudicare, en la que retrata la vulgaridad de la clase dirigente

"Es necesario hacer comedias, no solo del tipo que hemos visto en estos últimos veinte años". Esta frase, pronunciada por el guionista de obras tan ligeras como Notte prima degli esami [+lee también:
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y Maschi contro femmine [+lee también:
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, da la impresión de anunciar un cambio de horizontes. En su esperadísimo segundo largometraje, Viva l'Italia [+lee también:
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, Massimiliano Bruno, autor de la taquillera Nessuno mi può giudicare [+lee también:
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, toma precisamente el camino del compromiso, sin alejarse de la carcajada: "Este viraje toma el rumbo de la tradición del cine italiano de la que forman parte obras como La gran guerra y La escapada", ha afirmado Bruno en la presentación en Roma de su película. "La comedia debe contar la vulgaridad de este país y de su clase dirigente. No hablar de ello es de pasotas".

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La premisa de la película es fascinante: Michele Spagnolo (Michele Placido) es un senador corrupto postrado en la cama un día en que debe recomendar a una corista para la televisión. Su malestar le afecta a la parte del cerebro que controla la inhibición, así que, de pronto, el político empieza a decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad en todos los asuntos que toca, convirtiéndose en una bomba de relojería tanto para sí mismo como para su familia y su partido. A su cabecera acuden entonces sus tres hijos: Valerio (Alessandro Gassman), un inútil que consiguió ser alguien en la vida gracias a la influencia de su padre; Susanna (Ambra Angiolini), actriz de poca monda enchufada en las altas esferas a pesar de su pésima dicción, y Riccardo (Raoul Bova, protagonista de Nessuno mi puògiudicare), un médico honrado y comprometido socialmente que no habla con el padre desde hace años. Cada uno se enfrentará a sí mismo, experimentará un cambio y ninguno terminará saliendo ganador del encuentro.

La película de Bruno vuelve a temas que la comedia italiana ya ha abordado recientemente: las recomendaciones alejadas de cualquier tipo de mérito (C'è chi dice no [+lee también:
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, de Giambattista Avellino) o la fuga de cerebros y el talento desperdiciado (Workers, de Lorenzo Vignolo, y Tutti i santi giorni [+lee también:
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, de Paolo Virzì). La cinta que nos ocupa añade al cóctel la inmoralidad y la oxidación de una clase política que entre enchufes y fiestas con prostitutas no sigue nada más que el propio interés. Para el espectador más adulto e informado, el cuadro no sorprenderá: da la impresión de que todo lo que sale en la pantalla ya se ha visto. El objetivo, sin embargo, es otro: "La película está dirigida a los jóvenes; muchos de ellos no leen los periódicos diariamente. El mensaje de la cinta es que necesitamos propuestas, no solo denunciar la situación. A la espera de las próximas elecciones, es importante informarse bien antes de votar", dice Bruno. En cuanto al oportunismo, un tanto marcado, de una comedia de este tipo, admite que "esta tendría que haber sido mi primera película, pero era complicado. De todas formas, he comprobado que en dos años las cosas no han cambiado mucho".

Fulvio y Federica Lucisano producen para Rai Cinema. Viva l'Italia se estrena en Italia el 25 de octubre en 500 salas. Distribuye 01.

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(Traducción del italiano)

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