14/11/2012 - El realizador inglés Mike Figgis ha presentado en el Festival de Roma su último trabajo, una entretenida reflexión sobre los límites de la narración y la realidad

Enmarcada muy apropiadamente en la sección del Festival de Roma dedicada a las nuevas formas cinematográficas, CinemaXXI, el último trabajo del realizador inglés Mike Figgis, Suspension of Disbelief [+lee también:
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ficha de la película], es una cargada y reflexión ambiciosa (o pretenciosa, según los gustos), aunque no excesivamente seria, sobre los límites de la narración y la realidad, la percepción y el cine. Figgis, que ha declarado haber hecho esta película, que él mismo ha escrito y montado, fruto del hastío por el cine convencional, juega hasta tal punto con todos los elementos que componen la cinta que el aspecto formal se convierte en la propia película, dejando de lado la trama e incluso los personajes, a pesar de que el protagonista afirma que el personaje es la trama. Una trama que, sin embargo, existe y tiene la estructura de una clásica investigación en torno a una misteriosa desaparición.

Martin (interpretado por el alemán Sebastian Koch, el escritor espiado de La vida de los otros [+lee también:
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entrevista: Florian Henckel von Donner…
entrevista: Ulrich Muehe
ficha de la película]) es un fascinante y exitoso guionista de cine y teatro, cuya esposa desapareció hace quince años en misteriosas circunstancias. Durante la fiesta del 25º cumpleaños de su hija Sarah (Rebecca Night), actriz como su madre y protagonista de una película que se está rodando en aquellos días a partir de un guion del padre, Martin conoce a la misteriosa Angelique (Lotte Verbeek), que desaparece esa misma noche. A la mañana siguiente, la joven aparece ahogada en un canal, con rastros de drogas en la sangre y sin ropa interior.

La policía empieza a investigar sobre lo sucedido, para descubrir si se trata de un asesinato o de un accidente. La última persona con quien habló Angelique fue Martin, que por su parte empieza a buscar entre sus recuerdos de aquella noche y de la joven, que se mezclan con imaginaciones, sueños, recuerdos del pasado. Para complicar aún más las cosas, llega a recoger el cuerpo de Angelique su hermana gemela, Therese, con quien comparte un enigmático y oscuro pasado.

Figgis, que hace gala de una gran ironía a la hora de subrayar el uso de estereotipos de distintos géneros cinematográficos, no se deja muchas cosas en el tintero (el cine dentro del cine, la narración dentro de la realidad dentro de la narración, la relación padre-hija que se refleja en la relación director-actriz, las múltiples referencias al lenguaje cinematográfico como una convención más), hasta el punto de resultar sobre todo un ejercicio estilístico. Suspension of Disbelief (cuyo título hace referencia precisamente a uno de los elementos fundamentales del teatro, perdido según Figgis en el cine, la suspensión de la incredulidad) es una obra entretenida, inteligente, divertida a ratos, aunque dirigida casi exclusivamente a un público cinéfilo.