26/12/2012 - El Be Film Festival ofrece estos últimos días de 2012 una muestra de cine flamenco y valón a partes iguales que recoge las películas belgas más destacadas del año

Hoy arranca en Bruselas la séptima edición del Be Film Festival. Este certamen, creado en 2005, propone estas fiestas una retrospectiva de lo que ha sido el cine belga este año. Y cuando decimos belga no precisamos su lengua, puesto que el festival revindica su carácter bicomunitario y su voluntad de combinar producciones del norte, del sur y del centro del país. Durante cinco días, se presentarán más de una veintena de largometrajes (y unos diez cortos) estrenados en 2012 y otras tres películas aún inéditas.

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Es una buena oportunidad, pues, para aquellos que no pudieron ver la obra maestra de Joachim Lafosse, A perdre la raison [+lee también:
crítica
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entrevista: Joachim Lafosse
ficha de la película], candidata belga al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, o la impactante Tot altijd [+lee también:
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ficha de la película], en la que Nic Balthazar muestra la lucha por el derecho a la eutanasia. En ambos casos, los directores se inspiraron en hechos reales, siguiendo una tendencia general hacia lo oscuro que ha repercutido en que el cine belga este año se haya orientado tanto hacia el drama. Con 38 Témoins [+lee también:
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ficha de la película], Lucas Belvaux interpreta, a su vew, el asesinato de Kitty Genovese, que copó la crónica de sucesos en Estados Unidos en los años 60. En Little Black Spiders [+lee también:
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ficha de la película], Patrice Toye se basó en un hecho real que consternó a los belgas: en Flandes, en los años 70, cuando aún estaba prohibido el aborto, una serie de jóvenes embarazadas son acogidas en un centro a la espera de dar a luz en secreto al otro lado de la frontera.

En un registro más ligero encontramos Mobile Home [+lee también:
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ficha de la película], una comedia sobre el arte (¿o la aflicción?) de la procrastinación dirigida por François Pirot y estrenada el pasado verano, o Groenten uit Balen, retrato de una comunidad de obreros en huelga. Cabe esperar, por último, que dosis tanto de risa como de crispación se den la mano con el estreno del panfleto anticlerical de Vincent Lannoo Au nom du fils. Queda por ver lo apropiado que resulta semejante film en este periodo de fiestas navideñas.

(Traducción del francés)