22/01/2013 - Francesco Mandelli es "il solito idiota" que protagoniza la última comedia del autor de Hombres contra mujeres, que se estrena en Italia el 24 de enero

Fausto Brizzi, sin duda, se divierte y divierte a quienes trabajan con él. Las presentaciones de sus películas suelen tomar carices traviesos, con anécdotas de rodaje, carcajadas y guiños entre los actores. Brizzi, autor de grandes éxitos de taquilla en Italia como Notte prima degli esami [+lee también:
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ficha de la película], Ex, todos tenemos uno [+lee también:
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ficha de la película], o Hombres contra mujeres [+lee también:
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ficha de la película], hace películas a ritmo industrial y, debido a los resultados, con una libertad aparentemente total. También a costa de recurrir a la solución más fácil, como en el caso de Pazze di me [+lee también:
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ficha de la película], su nuevo trabajo, que se estrenará el 24 de enero y que supone la vuelta del director a la casa de RaiCinema, productora de sus mayores éxitos (el último, Com’è bello far l’amore [+lee también:
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ficha de la película], fue obra de Medusa), y de 01, que se encarga de distribuir 600 copias de la cinta.

Pazze di me recuerda con sus gags, equívocos y personajes-máscaras la clásica tradición del cinepanettone navideño transalpino. Francesco Mandelli (I soliti idioti [+lee también:
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ficha de la película] - foto) encarna al protagonista, Andrea, único hombre en una familia compuesta por siete mujeres, a cual más desequilibrada: la madre, tres hermanas, la abuela, la cuidadora de la abuela y una perra. La mamma (Loretta Goggi) es rígida como un soldado; una hermana (Claudia Zanella) odia a los hombres salvo cuando se trata de flirtear con uno casado; otra hermana (Chiara Francini) es una perfeccionista a la que plantaron en el altar; la tercera (Marina Rocco) es despistada y va de amante en amante. Completan el cuadro la abuela (Lucia Poli), que padece una demencia senil galopante, y su aguda cuidadora rumana (Paola Minaccioni). Las relaciones que mantiene Andrea duran dos asaltos: en cuanto sus parejas entran en contacto con el molesto grupo de mujeres de su familia, salen disparadas. Con Giulia (Valeria Bilello), tendrá que fingir ser huérfano.

“Esta película es un acto de amor por las mujeres, que amo y me divierten pero aún no consigo comprender”, afirma el director. “Quería papeles femeninos cómicos, independientemente de las leyes que impone el márketing, según las cuales el cómico principal tiene que ser el hombre”. Fausto Brizzi se lo puede permitir: su éxito lo avala. De eso estamos tan seguros como de que un guion más original también se lo habría podido permitir.

(Traducción del italiano)