20/03/2013 - El centro del cine y del sector audiovisual de la federación Valonia-Bruselas se asienta como primera fuente de financiación del cine belga francófono y se muestra satisfecho con sus resultados en el mercado francófono

Como cada año, la primavera llega acompañada del balance del CCA belga (Centre du Cinéma et de l’Audiovisuel de la Fédération Wallonie Bruxelles), que constituye una ocasión para reunir a representantes de las instituciones y profesionales del cine para analizar los resultados del último año, los proyectos pasados y futuros, los cambios en la legislación y las políticas implementadas para contribuir al desarrollo y la estructuración del sector audiovisual.

Fue en el año 2011 cuando la comisión de selección de películas, órgano encargado de atribuir ayudas públicas y culturales a proyectos audiovisuales, implantó un nuevo método de funcionamiento. Entonces se aprobó techar las ayudas para respaldar un mayor número de proyectos: se pasó de un máximo de unos 600 000 € a 350 000 €, se tratase de una ópera prima o no. Bajo estas directrices, en 2012 recibieron ayudas 26 largometrajes de ficción, ocho de ellos coproducciones minoritarias y cuatro de ellos con el presupuesto abierto al VAF (equivalente flamenco del CCA). 20 largometrajes consiguieron ayudas al desarrollo de guion.

A pesar de la crisis financiera y los recortes presupuestarios, la comisión cuenta con un presupuesto estable de 10.5 millones de euros. Entre los 11 largometrajes mayoritarios reconocidos como belgas (francófonos) en 2012, el CCA constituyó el primer socio financiero; su apoyo representó una media del 36.1 % de la parte presupuestaria concerniente a las fuentes de financiación belgas, por un 20.9 % del Tax Shelter, un 17.9 % de las productoras, un 7.94 % de Wallimage y un 5.34 % del VAF.

El CCA se mostró satisfecho con los resultados de las producciones belgas en 2012. La difusión de cine belga dentro del país es uno de los principales caballos de batalla del CCA, si bien su resultado en la taquilla belga impresiona más bien poco. Frédéric Delcor, director del CCA, quiso recordar que el mercado natural de las películas belgas francófonas no se limita a Bélgica sino a todos los territorios francófonos, en especial a Francia.

Así, los productores belgas francófonos vendieron casi 1.6 millones de entradas en 2012 (911 000 para Ernest & Célestine [+lee también:
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ficha de la película], 287 000 para 38 Témoins [+lee también:
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ficha de la película] y 188 000 para A perdre la raison [+lee también:
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ficha de la película]). Estas estimulantes cifras permiten relativizar los complejos resultados locales en un mercado extremadamente competitivo. De las 123 películas francófonas estrenadas en los cines belgas en 2012, solo 23 eran propiamente belgas, un 18.7 % de la oferta total. Sin duda algo cansado por la incansable comparación con su vecino y compatriota flamenco, entre «las manzanas y las peras», por emplear su expresión, Frédéric Delcor recordó que de las 28 películas neerlandófonas estrenadas en 2012, la mitad eran belgas. Otros porcentajes demuestran la permeabilidad cultural de la Bélgica francófona. Por ejemplo, la audiencia de las cadenas de televisión belgas no representan más que el 51.3 % del total en el ámbito francófono, mientras que el 44.1% corresponde a las televisiones francesas; en el ámbito flamenco, sin embargo, las cadenas locales atraen al 84 % de la audiencia. La publicación de estas cifras habría de analizarse con detenimiento para comprobar los progresos registrados en lo que a la asistencia a los cines se refiere.

(Traducción del francés)