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VENECIA 2013 Venice Days

Stefano Accorsi peca de ambicioso en L'Arbitro

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- En el debut de Paolo Zucca, aperitivo de la 10ª edición de las Jornadas de los Autores, el actor interpreta a un arbitro internacional que tiene que arbitrar una final de Tercera División

Stefano Accorsi peca de ambicioso en L'Arbitro

El mundo del fútbol cambia mucho. Por un lado están los grandes estadios, donde la vista se pierde entre las luces y las formas geométricas de las grandes. Por otro están los campos de provincia, llenos de baches y polvo. Por un lado, atletas con cuerpos perfectos que visten uniformes elegantes. Por el otro, hombres de buena voluntad que de perfecto no tienen nada. La Primera y la Tercera División. Lejanas pero con un objetivo común: correr detrás del balón, para unos brillante y perfectamente redondo; para otros descolorido y un poco deshinchado. En la grotesca comedia L'arbitro [+lee también:
tráiler
entrevista: Paolo Zucca
ficha de la película
]
, debut de Paolo Zucca, ambos universos se encuentran de manera inesperada y paradójica.

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La paradoja forma parte de la esencia de la divertida película de Zucca, elegida como aperitivo de la 10ª edición de las Jornadas de los Autores/Venice Days de Venecia. Paradójico es Prospero, entrenador del Atlético Pabarile, el peor equipo de la Tercera División de Cerdeña. Es ciego, pero a pesar de ello entrena un equipo de fútbol. Paradójica es sobre todo la llegada de Cruciani, arbitro con ambiciones internacionales, a Cerdeña para arbitrar la final entre el Pabarile y el Montecrastu. El entrenador de este segundo es el arrogante terrateniente Brai, que entra a los bares montado en su caballo y fustiga a sus jugadores en el vestuario.

Es el castigo que Cruciani, interpretado por Stefano Accorsi, tiene que sufrir por haberse vendido (y haber sido descubierto) antes de una gran final europea. Sus movimientos escenográficos, ensayadas ante el espejo, estaban estudiados para un partido de Champions League. Y en cambio aquí está, comiendo polvo y coloridos insultos en sardo. La película está rodada en blanco y negro con un ambiente que recuerda a los autores Ciprì y Maresco, con toques de musical y western, repleta de personajes arcaicos y directivos corruptos, entre rivalidades locales y partidos amañados, amor e inmigración. Ironiza sobre lo sagrado del fútbol: “El arbitro es una figura como Cristo, el cabeza de turco perfecto”, subraya Zucca, “nos ha parecido divertido relacionar la simbología religiosa con el fútbol en cuanto ritual”.

La elección del blanco y negro ha sido para “abstraer la película de la actualidad”. Sin embargo, no faltan los guiños a hechos reales, como el arbitro Moreno que en 2002 echó a Italia del Mundial (en la película se llama Mureno y está interpretado por Francesco Pannofino), el escándalo de calciopoli o los amaños. “He oído todas las escuchas telefónicas, he estudiado mucho”, ha admitido el director, “pero luego he olvidado los nombres y los hechos, manteniendo la manera de hablar”. En el fondo, como dice Prospero, “el balón no es más que aire cubierto de cuero”. Como tal, vuela, aunque a veces confunde.

Esta producción de Classic e Bd Cine, realizada en colaboración con Rai Cinema y con la ayuda del Ministerio de Cultural de Italia, será distribuida en Italia a partir del 12 de septiembre por Lucky Red.

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(Traducción del italiano)

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