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VENECIA 2013 Orizzonti

Wolfskinder, orfani di guerra in fuga

por 

- Una película delicada y brutal al mismo tiempo que narra uno de los capítulos más dramáticos de la 2ª Guerra Mundial: la fuga de millones de civiles alemanes ante el avance el Ejército Rojo

Wolfskinder, orfani di guerra in fuga

Verano de 1946, Prusia Oriental. Dos chicos con la cara sucia deambulan por el campo en busca de comida. Son Hans, de 14 años, y su hermano Fritzchen, de once. Las frutas del bosque no bastan, así que roban un caballo a un grupo de soldados y, tras matarlo de un disparo en la cabeza, lo despedazan para alimentar su madre moribunda.

Éste es el inicio de Wolfskinder [+lee también:
tráiler
entrevista: Rick Ostermann
ficha de la película
]
, de Rick Ostermann, presentado como parte de la sección Orizzonti del Festival de Venecia, que narra uno de los capítulos más dramáticos de la 2ª Guerra Mundial: la fuga de millones de civiles alemanes ante el avance el Ejército Rojo. En la Prusia Oriental, al menos 25.000 niños perdieron a sus padres y se vieron obligados a vagar por la región que hoy forma parte de Polonia y Lituania, intentando sobrevivir al frío y al hambre. Son los niños-lobo. Sólo pocos centenares consiguieron sobrevivir y fueron adoptados por familias lituanas al precio de perder su identidad: hablar alemán o no tener un apellido lituano eran razones más que suficientes para ser deportados a Siberia.

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A pesar de todo, esta película, brutal y delicada al mismo tiempo, mantiene los aspectos históricos y políticos a distancia. Durante 96 minutos, la cámara de Ostermann observa atentamente los rostros y las vicisitudes de Hans (Levin Liam) y el resto de chicos. “Debes ir hacia el este, más allá del río, y no abandonar jamás a tu hermano”, le dice su madre antes de morir. Pero precisamente mientras atraviesan el río Nemunas (conocido en alemán como Memel), mientras escapan de las balas rusas, los dos hermanos se ven separados. Hans sigue su camino con una chica de su edad, Christel (Helena Phil), y al cabo de poco tiempo entran a formar parte del grupo la pequeña Asta, su hermano Karl, y Paul, de nueve años.

Liderados por Hans, se acercan sigilosamente a las granjas, en busca de comida y refugio, y con frencuencia encuentran los restos de la muerte y la violencia. Cualquier adulto que encuentran puede ser un enemigo, una ambigüedad muy bien expresado por el director y guionista. Hasta los miembros de la Resistencia Lituana mostrarán su lado más oscuro al intentar violar a la joven Christel.

Hans, que no se separa jamás de su libro Charles Darwin, establece un diálogo mudo y permanente con la naturaleza que le rodea. Observa con curiosidad nubes, halcones, libelulas y lagartijas, donde encuentra una vía de escape para la atroz realidad de la guerra.

La muerte le persigue y exige su inocencia. En el tentativo de callar un niño ruso que les está ayudando a escapar pero que tose mientras están escondidos, Hans lo ahoga hasta matarlo. Un episodio algo forzado, pero que muestra la crueldad de la lucha por la supervivencia.

Rick Ostermann, de 34 años, nacido en Paderborn, ha dirigido su primer largo tras varios cortos y muchas películas como ayudante de dirección de autores como Lars Kraume (Sisters) o Matthias Glasner (Mercy). El guión y los personajes son resultados de una larga documentación y de encuentros con los protagonistas reales, que le contaron sus vidas. Las localizaciones donde ha sido rodada, entre Vilnius y el río Memel, son las mismas donde tuvieron lugar los hechos narrados.

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(Traducción del italiano)

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