11/11/2013 - El cineasta portugués vuelve a dirigir una película 25 años después de Midnight y A Girl In Summer

La segunda película europea presentada a concurso en el Festival Internacional de Cine de Roma (8-17 noviembre) tras I Am Not Him [+lee también:
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ficha de la película] (leer más), A Vida Invisível [+lee también:
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ficha de la película] (The Invisible Life), constituye el regreso tras las cámaras del director portugués Vítor Gonçalves 25 años después de su última película, Midnight, y 27 luego de su aclamado primer largometraje, A Girl In Summer, considerado como una de las piedras angulares de la cinematografía lusitana.

A Vida Invisível es una obra extraña y enigmática que explora mundos interiores, viaja en la memoria y usa profusamente la voz fuera de campo. La voz que oímos durante buena parte de la película vehicula los pensamientos de Hugo (Filipe Duarte, en la foto), un funcionario estatal de unos cuarenta años de edad cuyo jefe y, presuntamente, gran amigo, Antonio (João Perry), muere repentinamente. De noche, sentado en las escaleras del ministerio en que trabaja, Hugo rememora cómo le reveló el viejo que iba a morir. Antonio quería confesarle un secreto, para lo cual le entregó una misteriosa película en 8 mm. Impelido por el deseo de saber de qué se trata, Hugo desempolva algunos recuerdos personales; en particular, los que tienen que ver con la mujer que amó, Adriana (Maria João Pinho), a raíz de lo cual deduce que la suya ha sido una vida no vivida. ¿Era esto lo que su amigo quería decirle? Tal vez.

Hugo es un hombre aislado del mundo, melancólico. Ve cómo la vida pasa por la ventana. "Quería hablar de la vida íntima del personaje", afirma Gonçalves, "y también mirar hacia el exterior, hacia esa realidad que Hugo ve lejos, una realidad que no le pertenece". Ese es el motivo del encuadre fijo y reiterado de la plaza del comercio de Lisboa, un lugar de gran simbolismo: "Para nosotros, los portugueses, la plaza de la película tiene un significado importante. Es el lugar en que, tanto en el siglo pasado como en el anterior, se desarrollaba la vida pública del país; fue el escenario del asesinato del rey Carlos, de los acontecimientos más importantes de la República y de las manifestaciones contra el fascismo".

Se intuye que A Vida Invisível es una película muy personal ("hay una sombra autobiográfica en el film, sobre todo en el aislamiento y la melancolía de Hugo", confiesa el director) y un homenaje, en cierto modo, a su amigo y mentor António Reis (el personaje de la película se llama como él), difunto maestro del cine portugués, quien le llevó a dar los primeros pasos en el oficio de director de cine. El apoyo a la película y a su director por parte del productor Pedro Fernandes Duarte (Rosa Filmes) fue apasionado: "Fui discípulo de Vítor. Cualquiera que haga cine hoy en día en Portugal ha sido alumno suyo (ndr: Gonçalves imparte clases en la Escola Superior de Teatro e Cinema de Lisboa). Se trata de una película especial; solo un maestro de la dirección como él podía hacerla". El joven productor concluyó la presentación en el festival romano con una acusación a la clase dirigente de su país: "El gobierno neoliberal se esconde tras la crisis para negar la financiación y matar al cine. El dinero existe de verdad. En cualquier caso, confío en que las cosas cambiarán". 

(Traducción del italiano)