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ROMA 2013 Fuera de competición

Je fais le mort: un actor en mitad de un caso

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- Jean-Paul Salomé presenta una comedia policial atrevida que reposa sobre los hombros de un excelente François Damiens, al que secunda Géraldine Nakache

Je fais le mort: un actor en mitad de un caso

Su César al mejor actor revelación por su papel en "Le fils du garagiste" es ya cosa del pasado; la carrera del actor Jean Renault (interpretado por el belga François Damiens) está hundida. Fanfarrón y tiquismiquis, despedido de todo plató de rodaje o cortado de la cinta en la sala de montaje, condenado a aparecer en un anuncio televisivo de un medicamento contra el resfriado o a prestar su voz para audioguías, Jean también atraviesa una crisis afectiva tras un divorcio. Es así como aparece en la agencia estatal para desempleados en busca desesperadamente de siete sellos que le permitan seguir recibiendo el subsidio. Entonces es cuando le proponen un trabajo "un tanto particular": encarnar a la víctima durante reconstrucciones de escenas de crímenes. Esa es la estupenda idea de partida de Je fais le mort [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, dirigida por Jean-Paul Salomé, proyectada estos días fuera de concurso en el festival de Roma y distribuida a partir del próximo 11 de diciembre en los cines franceses de la mano de su propia productora: Diaphana.

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A partir de este ingrediente inicial, la intriga nos lleva a la estación alpina de Megève, donde llaman a nuestro antihéroe para ejercer su labor durante una instrucción de tres asesinatos distintos que habría de haber cometido en una sola noche un deficiente mental de los alrededores. Las "intuiciones" incesantes de nuestro actor ("voy a tratar de dar un sentido a todo esto") reconvertido en auxiliar de la justicia pronto pondrán de los nervios a la joven jueza (Géraldine Nakache) encargada del caso, pero como en toda relación tensa, el romance no anda lejos. En poco tiempo, aparecerá una investigación alternativa al hilo de las reconstrucciones en mitad de el enrarecido ambiente preestacional que provocan los secretos de la localidad que van saliendo a la luz (entre ellos, cómo tres hermanos meten mano a la economía de toda la comunidad).

Con sus guiños al género burlesco del "slapstick", Je fais le mort resulta ser un cocktail lleno de ritmo, diversión e inventiva que saca provecho de su escenario montañero y llena de sorpresas los múltiples contextos espaciales del lugar (un hotel familiar, un chalet, una pista de patinaje, el teleférico, el telesilla, el bosque...). El oficio del protagonista también permite a Jean-Paul Salomé (asimismo coautor del guion) burlarse con cariño de las manías y pretensiones de los actores, de hacer algunos guiños irónicos al cine de género (se cita, por ejemplo, Instinto básico, Chuck Norris y la ciudad de Gotham). La cinta sigue la línea trazada por Pollo al vinagre e Inspector Lavardin, de Claude Chabrol, y apuesta con éxito por la carta de la investigación policial en el medio provincial. Aunque François Damiens se come por completo la pantalla (su personalísimo talento sale reforzado película tras película), su binomio con Géraldine Nakache funciona a la perfección y todos los secundarios se muestran a la altura (en especial, Lucien Jean Baptiste, que encarna a un gendarme, y Anne Le Ny, que hace las veces de empleada de hotel). No cabe duda de que el reparto lo habrá pasado en grande rodando esta comedia que zigzaguea entre un género y otro.

Su agente de ventas internacionales es Films Distribution. Coproducen los hermanos Dardenne (Les Films du Fleuve).   

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(Traducción del francés)

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