17/02/2014 - La fantasía romántica franco-alemana puede volverse popular entre las generaciones más jóvenes

Aunque a menudo adaptada desde el nacimiento de del cine, el clásico cuento de hadas La bella y la bestia necesitaba aún una puesta al día a través de efectos especiales, y la visión de Christophe Gans hace exactamente eso: sin cambiar mucho de la historia original, su La bella y la bestia [+lee también:
tráiler
making of
entrevista: Christophe Gans
entrevista: Léa Seydoux
entrevista: Vincent Cassel
ficha de la película] fue presentada fuera de competición en la Berlinale, con Léa Seydoux y un Vincent Cassel especialmente peludo en los papeles del título.

Producida en los estudios Babelsberg a las afueras de Berlín, la película hace un gran uso de efectos especiales e imágenes generadas por ordenador para llevar a la pantalla la historia de un mercader (André Dussollier) que, tras robar una rosa del jardín de la Bestia, se verá obligado a reemplazarla con su hija más joven, Bella (Seydoux), como la compañera del monstruo. Gans añade una diferente historia de fondo a su principal personaje masculino, que se le revela a Bella a través de coloridos sueños. 

La película puede sorprender a los públicos maduros con algunas de sus elecciones narrativas (por ejemplo, Bella y la Bestia comparten tan poco tiempo en pantalla que la revelación de los sentimientos de la primera hacia el segundo equivalen al truco mágico de un conejo sacado de la chistera) y su ausencia de emoción, pero la ornamentada dirección artística de Gans, el vestuario opulento y algunas interesantes composiciones pueden entretener a las generaciones más jóvenes, especialmente si no están familiarizadas con la clásica adaptación de Disney de 1991. 

La belleza y la vulnerabilidad de Léa Seydoux la convierten en una convincente princesa de cuento de hadas, y las escenas en las que Belle explora el castillo encantado o hace todo lo posible para volver junto a la Bestia son de lo más impresionante en lo visual. Desafortunadamente, el director utiliza una trama secundaria poco convincente para aumentar la tensión en el tercer acto de la película, que viene acompañado de unas imágenes generadas por ordenador que dejan bastante que desear y dan pie a que el público se pregunte si el cine europeo alcanzará alguna vez al de Hollywood en términos de efectos visuales.

(Traducción del inglés)