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KARLOVY VARY 2014 East of the West

Bota: Albania Café

por 

- Esta discreta coproducción entre Albania, Italia y Kosovo es la primera sorpresa agradable de la selección East of the West en Karlovy Vary

Bota: Albania Café

Seleccionada en la competición East Of The West y estrenada mundialmente en Karlovy Vary, Bota [+lee también:
tráiler
entrevista: Iris Elezi
ficha de la película
]
marca el comienzo tras la cámara del dúo formado por la albanesa Iris Elezi y el americano-albanés Thomas Logoreci. La película representa también la primera incursión de Kosovo como país coproductor en un festival de categoría A. Se une a Albania e Italia en este tripartido de esencia Bagdad Cafe en el que el desierto de Nevada deja paso a una tierra de nadie en plena Albania profunda. 

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En alguna parte de lo que fue en otra época un campo de concentración de opositores al régimen comunista, se alza el Bota (literalmente, “el mundo” en albanés), un bar aislado, un ecosistema local y un pequeño teatro de la condición humana. El encargado se llama Beni (Artur Gorishti) presentado como un pequeño estafador y mujeriego por el cual ha sucumbido una de sus camareras, la guapa y exuberante Nora (Fioralba Kryemadhi), que va ahora con su hijo de un lado a otro. Beni está sin embargo casado con otra mujer a la que el espectador nunca verá, ya que los autores han decidido no filmar nada más que el bar y sus alrededores resecos, fuera de donde Beni, al contrario que sus pobres camareras,  puede vivir, gracias a sus medios.

Nora ama a Beni y Beni ama el dinero. El mismo dinero con el que su prima Juli (Flonja Kodheli), la camarera más reservada del Bota, sueña para huir un día de ese agujero e instalarse en la capital. Aunque una autovía se construirá pronto cerca del Bota, el negocio parece finalmente recuperarse para Beni. A menos que estos cambios no desemboquen en la implosión de toda su pequeña empresa hecha de cualquier modo, de chanchullos y vergonzantes secretos… 

Las historias se tejen y se entrecruzan en este pintoresco lugar que, a imagen de la cinta ya citada de Percy Adlon, baña en una musicalidad ambiente folclórica, en las antípodas de la música circense habitualmente asociada a los Balcanes, especialmente lograda. Algo difícil, como hacer más poético el baile en el desierto del último plano, que lleva hasta el final de la cinta. 

Luminosa y finamente encuadrada, dando lugar a una elaborada composición, suficientemente editada para darle a la película su propio ritmo y evitar los largos planos, Bota es una agradable sorpresa. El espectador se deja llevar en una historia que se toma un poco de tiempo para imponerse, pero que, al final, llega a construir personajes matizados, al servicio de un carismático trío de actores.

Un drama teñido de esperanza, Bota no cae en la obsesión de cerrar todos sus argumentos, sin caminar todas las tierras colindantes obligatoriamente hasta sus fronteras finales, como en la vida, en “el mundo” o en cualquier sitio…

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(Traducción del francés)

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