31/08/2014 - VENECIA 2014: El cuarto largometraje de Saverio Costanzo es un drama familiar rodado a la manera de un thriller que transcurre en una inhóspita Nueva York

Un niño índigo. Tras la lectura de una adivina en una consulta del centro de Nueva York, Mina sale convencida de que su niño es especial, uno de los que los feligreses del esoterismo New Age llaman índigos. Mia es una chica italiana que trabaja en Estados Unidos. Allí, en un baño de un restaurante chino en el que se vieron encerrados a la vez, conoció a Jude, que a la postre se convirtió en su marido. Con esta hilarante escena es como comienza Hungry Hearts [+lee también:
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entrevista: Saverio Costanzo
ficha de la película], cuarto largometraje de Saverio Costanzo, presentado en la competición por el León de Oro de la 71ª Mostra de Venecia. 

Ahora, el niño tiene siete meses y ha dejado de crecer. En su deber de proteger a su hijo de cualquier forma de impureza proveniente de un mundo externo hostil, Mia lo nutre solo con puré de verduras que ella misma cultiva en la terraza de su propio edificio. Nada de leche, nada de carne ni de proteínas vegetales. Jude, desesperado, lo lleva a un médico, que le diagnostica malnutrición. El niño corre un grave peligro. Así es como empieza una escalada de la tensión entre los dos progenitores que acaba convirtiéndose en un enfrentamiento abierto cuando Jude, después de haber consultado a un abogado, decide "secuestrar" al niño y llevárselo a casa de su madre. 

Costanzo afronta el drama familiar llevando a Nueva York la novela Il bambino Indaco, de Marco Franzoso, fuente de adaptación de la película. Probablemente suscitará las iras de animalistas y vegetarianos por haber puesto ante su cámara un caso al borde de la patología pero que parece más bien una condena al radicalismo al que puede llevar el exceso. Fruto del conflicto, en definitiva, es la ruina de una pareja que se ama pero no ha sabido nunca comprenderse ni hacerse cargo responsablemente de las cosas.  

Los protagonistas del film son Alba Rohrwacher, cómoda con la lengua inglesa y con su papel de madre obsesionada, y Adam Driver, visto recientemente en Inside Llewyn Davis, de los Coen; Lincoln, de Steven Spielberg, y J.Edgar, de Clint Eastwood, mientras que protagoniza el esperadísimo séptimo episodio de Star Wars, de J.J. Abrams, junto con Harrison Ford. Driver también forma parte del reparto de lo próximo de Martin Scorsese, titulado Silence. Roberta Maxwell encarna a la abuela.

Rodada con habilidad y con una imagen 1.66:1, como Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, y apoyada en la magnífica fotografía de Fabio Cianchetti, que recuerda un poco a los años 70 como hiciera la anterior película del director, La soledad de los números primos [+lee también:
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ficha de la película], Hungry Hearts crea rápidamente una angustia densa e impredecible, ayudándose de grandes angulares y encuandres típicos de un thriller. Su bocanada de aire final lo abre al mercado internacional. Producen Wildside y RAI Cinema. 01 la estrenará en Italia tras las navidades de este año. 

(Traducción del italiano)