04/12/2014 - La directora israeli Shira Geffen vuelve con una nueva pelicula tan divertida como conmovedora

El segundo largometraje de Shira Geffen, Self Made [+lee también:
tráiler
ficha de la película], presentado este año en la Semana de la Crítica de Cannes, ha sido proyectado en la sección Panorama del Black Nights Festival, que finalizó el domingo. Geffen, galardonada en 2007 con la Cámara de Oro en Cannes por Jellyfish [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], vuelve con una película ecléctica y emotiva que toca temas variados como la guerra, la identidad y el mundo del arte. Sarah Adler, también protagonista en su primera película, interpreta esta vez al personaje de Michal, una artista israelí que vive en Jerusalén, y la acompaña la actriz novel Samira Saraya, cuya actuación es impresionante en el papel de Nadine, una palestina empleada en una fábrica de muebles.

Michal, reconocida por sus provocativas obras, está a punto de presentar en la Bienal de Venecia su última obra hasta la fecha. Mantiene una relación difícil con su marido, especialmente en cuanto a sus convicciones tan irrevocables. Al romperse la cama mientras dormía, Michal pierde totalmente la memoria. Por su parte, Nadine hace que la despidan a causa de un problema con un tornillo, un objeto que desempeña un papel importante en la película y al cual hace referencia el título original, Boreg. Todo lo que aprendemos de Michal, lo aprendemos a través de la sucesión de las visitas que recibe: es muy influente, feminista y provocadora. Por el contrario, la vida y las ambiciones de Nadine son más discretas, su familia la denigra constantemente y la consideran estúpida; pero paradójicamente, Nadine se abre poco a poco a lo largo de la película y el espectador acaba por conocerla más intimimamente que a Michal. La película está construida alrededor de dos historias que se juntan progresivamente para finalmente hacer una después de un error de identificación en un punto de control, separarse a continuación y reencontrarse de nuevo al final de la película.

Self Made, de la que Geffen ha escrito también el guion, se sitúa en la frontera entre la realidad y la imaginación. Las identidades se emborronan, se mezclan y se confunden. La absurdidad y la exageración son asumidas y totalmente dominadas, tanto desde un punto de vista guionístico como visual, especialmente gracias al excelente trabajo fotográfico de Ziv Berkovic. Geffen consigue de manera muy sutil abordar varios temas sensibles: el conflicto palestino-israelí, muy subjetivo, el de la identidad, así como el del mundo del arte, donde todo parece concentrarse sobre la obra a costa del mismo artista.

Durante una de las escenas más representativas de la película, un cocinero toca el violín para los cangrejos con la intención ganarse su confianza. Esta escena, muy divertida, se convierte en emotiva a medida que el violín degrana sus notas. De la misma manera ocurre en película, de una notable sensibilidad, sin por ello despojarse de una ligereza y creatividad sorprendentes.

Self-Made ha sido financiada por el Israeli Film Fund.

(Traducción del francés)