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BERLINALE 2015 Competición

Cuerpo: de lo corpóreo y lo incorpóreo

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- BERLÍN 2015: Malgorzata Szumowska pone con inteligencia su pluma y su teleobjetivo al servicio de un nuevo tema humano de gran profundidad: el cuerpo como vínculo entre el alma y el mundo

Cuerpo: de lo corpóreo y lo incorpóreo

A sus 42 años de edad, la polaca Malgorzata Szumowska (conocida sobre todo por su formidable película sobre la prostitución entre estudiantes titulada Elles [+lee también:
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y protagonizada por Juliette Binoche) tiene una sólida reputación de guionista y directora extremadamente fina que su sexto largometraje, Cuerpo [+lee también:
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, no hace sino confirmar. Sus temas, de lo más variados, siempre aparecen tratados desde el ángulo más sutil, sin dogmatismos, reduccionismos ni juicio que mine la complejidad de las relaciones humanas que relata, historias éstas a menudo de soledad. Sin imponer lectura alguna, Szumowska da cuenta de la angustia fruto de las dificultades de, como decía Heidegger, “ser en el mundo”. Dos años después de la hermosa Amarás al prójimo [+lee también:
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(leer la crítica), un film ganador de dos premios paralelos en Berlín (incluido el Teddy a la mejor película) que presentaba los tormentos de un sacerdote decidido a no ceder a los deseos de su carne, Szumowska prueba nuevamente su suerte en la carrera por el Oso de Oro del Festival de Berlín

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Es un arte precioso saber hacer bien las primeras y las últimas escenas, más aún cuando entre ellas el nivel de calidad de las imágenes y los diálogos sigue resultando impresionante. El incipit de En cuerpo y alma, melancólico y matizado con un humor discreto que se encuadra dentro del registro de lo absurdo, formula una promesa que Szumowska consigue cumplir: vemos cómo Janusz, un instructor de policía barbudo de cierta corpulencia, se dirige a un río, donde un hombre se ha colgado, como vemos desde arriba, en un plano muy panorámico que tiene lugar en el momento en que lo desatan de la rama pero que centra su atención en los vivos, no en el muerto. Posteriormente, mientras aquellos se afanan en sus tareas sin prestar atención, el cadáver, vivito y coleando, se levanta y prosigue su camino. 

Janusz (Janusz Gajos) forma parte de dos "células familiares" alrededor de las cuales se articula la película. Entre dos descubrimientos sórdidos (como el de un bebé hallado muerto en un charco de sangre en los baños de la estación de Varsovia, probablemente asesinado por su madre nada más haberlo parirlo), asistimos a su insignificante vida cotidiana junto con su hija Olga (Justyna Suwala), anoréxica y bulímica, en el triste piso aún oscurecido por la presencia de la madre, fallecida algunos años atrás. La otra persona a la que seguimos es Anna (Maja Ostaszewska), que vive sola con su enorme perro desde la muerte de su hijo (que, sin embargo, sigue con vida y creciendo en la versión que le relata a su propia madre), se aprovecha de la gente en duelo con sus dotes de médium y trabaja en terapias paralelas (como la del grito primal) en el centro destinado a las jóvenes que sufren problemas alimenticios al que acaba enviando a Olga Janusz. 

El encuentro entre Janusz y Olga, por una parte, y Anna, por otra, deberían conducir, parece, a una reconciliación del padre y la hija después del duelo a través de una comunicación con la esposa y madre, cuyo cadáver hace una breve aparición en escena, pero Szumowska decide no disipar la duda sobre la validez del "don" de la joven falsamente serena, dejando que sea el espectador (como los personajes) quien piense lo que quiera, un poco a la manera en que Anna comenta el asesinato del recién nacido con su madre diciendo que la cosa no habría sucedido jamás si el aborto fuera legal y pregunta a Janusz qué ocurre "cuando esos niños mueren", a lo que el instructor responde: "Probablemente nada". Una respuesta casi tan misteriosa como la pregunta. Sin influir en el juicio del público, la directora nacida en Cracovia sigue tejiendo delicadamente los diferentes motivos de la película: el cuerpo, el alma que sufre, el vínculo entre padres e hijos… y los deja al servicio de la reflexión, impulsada por una última escena realmente hermosa. 

Cuerpo es una producción de la polaca Nowhere. De las ventas internacionales de la película se ocupa Memento Films.

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(Traducción del francés)

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