10/02/2015 - BERLÍN 2015: Una comunidad tranquila olvida todos sus principios después de la violación de una jovencita por un compañero de clase

La directora sueca, Beata Gårdeler, presentó Flocking [+lee también:
tráiler
entrevista: Beata Gårdeler
ficha de la película], su segundo largometraje, en la sección Generation del Festival de Cine de Berlín. Este film, financiado por el Instituto Sueco del Cine, se desarrolla dentro de una comunidad muy unida del norte de Suecia: un pueblo donde todo el mundo se conoce y donde la vida es idílica. Sin embargo, la situación cambia cuando Jennifer, una adolescente de 14 años, acusa a su compañero de clase, Alexander, de haberla violado.

En lugar de culpabilizar al autor del crimen, la reacción comunitaria va en contra de Jennifer y la culpa es lanzada sobre ella, quien junto con su familia, es acusada de mentir. La jovencita debe enfrentarse a la cólera de un grupo que excluye a aquellos que tienen el valor de expresarse. La opinión de la multitud obstaculiza la justicia, y es que esa comunidad se rige por una condición, la de seguir al grupo o ser rechazado.

Al principio se muestra a esta sociedad como idílica (al comienzo vemos a los pobladores celebrar alegremente un casamiento), pero cuando la gente le da la espalda a Jennifer, poco a poco se desvela su crueldad, que va hasta el punto de matar animales inocentes. El propio espectador, no sabe ya distinguir entre qué es verosímil y qué no en la historia, pues nunca recibe prueba alguna de lo que realmente sucedió, si bien, Jennifer (Fatime Azemi) se muestra claramente desesperada, aunque guardando la sangre fría y evitando defenderse abiertamente.

El personaje responsable del oprobio que golpea a la joven, es la madre de Alexander, Susanne (interpretada por Eva Melander), quien nos da un sombrío ejemplo de hasta dónde se puede ser capaz de llegar con tal de defender a la propia familia. Tiene el don de manipular a sus iguales, particularmente a través de mensajes que aparecen en la pantalla, frente a los paisajes suecos donde tiene lugar la acción; una superposición de la belleza y el odio puro, que resulta muy efectiva.

La desesperación calma de Jennifer resalta gracias a los planos secuencia que la mantienen en el centro de la imagen. Por ejemplo, en la escena de su testimonio, la cámara, anclada sobre Jennifer, recalca el dolor desesperanzado de su situación. El juego de cámara, entre primeros planos y planos aún más cerrados, nos da todos los detalles de los acontecimientos. 

El público descubre, después de todo, la verdad, pero el final queda abierto y deja al espectador solo, para que reflexione sobre las consecuencias de todo lo acaecido.

Flocking ha sido producida por la sociedad sueca 2afilm, y Media Luna New Films se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)