11/02/2015 - BERLÍN 2015: El protagonista del documental de Francesco Clerici, el artista Velasco Vitali, trata de realizar una escultura en la fuslina artística Battaglia, Pogliani y Frigerio

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tráiler
ficha de la película], documental del director milanés y treintañero Francesco Clerici, llega a la 45ª edición de Forum, sección colateral de la Berlinale dedicada a la experimentación. La película proseguirá su periplo festivalero en Beijing y Montevideo. Sus protagonistas son el artista Velasco Vitali, su intento de realizar una escultura y, muy especialmente, la localización: la fuslina artística Battaglia, Pogliani y Frigerio, fundada en Milán en 1913 y aún activa tras haber sido el lugar histórico predilecto de muchos artistas que pasaron por sus laboratorios.

Con un enfoque clásico y deliberadamente plano, el joven cineasta, autor de Storie di cemento (acerca de un antiguo instituto de menores de Milán), repasa durante más de 70 minutos todas las fases de la realización de un perro esculpido en bronce. Al escultor Velasco Vitali, que observa su criatura en cera roja e interviene con escalpelos y otros instrumentos, se acercarán artesanos que completarán la obra: quien aplica tubitos de plástico al modelo, quien lo reviste de tierra refractaria, quien lo cuece en los hornos durante días, quien cuela el bronce fundido y quien, por último, extrae la escultura del molde y la saca a la luz. 

La única concesión a un montaje lineal son los flashback integrados por imágenes de archivo en 16 mm que muestran en blanco y negro cómo estos gestos eran idénticos a los que se hacían hace medio siglo. En cuanto al resto de técnicas empleadas en la actualidad, son exactamente las mismas que se empleaban para esculpir bronce en el siglo V a.C..

A lo que asistimos es a un auténtico parto en mitad del ruido constante de los hornos, un poco como imaginamos la fábrica de Vulcano. El del escultor es un gesto que se acerca más al gesto primordial que relata el Antiguo Testamento, en el que un dios crea la tierra y los seres vivos. Pero el arte no es solamente un impulso creador, una intuición del momento: es más bien hacer, programar, confiar en gestos antiguos y técnicas ancestrales. Es, sobre todo, un trabajo en absoluto solitario, con los artesanos anónimos que participan en la experiencia artística, en este dar a luz una idea de belleza que dé la cara en el mundo. Por lo demás, como decía Salvador Dalí, lo mínimo que se le puede pedir a una escultura es que se esté quieta.

(Traducción del italiano)