Rough Road Ahead, o el punto de no retorno de una adolescencia acosada
por Aurore Engelen
- El realizador austríaco Christian Frosch ofrece una historia de amor trágico reprimida por la sociedad patriarcal de finales de los años 60
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tráiler
ficha de la película], de Christian Frosch, ha sido presentada en competición oficial en el Brussels Film Festival. Ruby (Rosemary en el pasaporte) y Martin tienen 17 años, son jóvenes, guapos y se quieren. El amor en 1967 cuando se tiene 17 años es emocionante, pero también está ordenado por una sociedad patriarcal que no deja mucho margen a las chicas para acortar sus faldas o a los chicos de llevar el pelo largo. Y poco importa si los padres que rigen esta sociedad no son para nada ejemplares, o si están paralizados por deficiencias afectivas y sociales. Ruby y Martin están sedientos de la libertad que empapa su época, pero solo la noche les permite calmar esta sed. De día, Martin se agita en los bancos del instituto, mientras que Ruby ha tenido que dejar los estudios para ayudar a su padre y contribuir a la economía familiar. Por muy poca seriedad que se tenga a los 17 años, como reivindicaba Rimbaud, ídolo de Martin, al fin y al cabo es lo que se espera de ellos. Los adolescentes resisten como pueden, entre perseverancia y sueños un poco alocados, hasta que el padre de Ruby sorprende a la joven de regreso de una escapada nocturna. La sanción no se hace esperar: con el apoyo del estado, los padres de los dos jóvenes envían a Ruby a un convento y a Martin a un centro de reeducación para delincuentes juveniles. Para ambos, su paso por estas instituciones no es más que una larga sucesión de novatadas, de persecuciones y de humillaciones. Ambos jóvenes, cuyo amor sobrevive al encierro, solo tienen una idea en la cabeza, reencontrarse a la salida. Sin embargo, fuera ya nada es como antes. Ruby se ha refugiado en la música y en el canto. El canto que la hacía entrar en trance en sus escapadas amorosas, el canto que le salva la vida en el convento al ayudarla a ganarse el beneplácito de la madre superiora, el canto que convertirá en su vocación a la salida del convento. Ruby es una joven de su tiempo, que evoluciona con él hasta tal punto que acaba convirtiéndose en heroína del disco. Tiene la capacidad de reinventarse ante cada obstáculo, se cambia el nombre, canta en un coro y acaba convirtiéndose en una estrella de la canción. Martin, por su parte, no consigue ponerse al día con la revolución que se ha perdido. Traumatizado por su experiencia en el centro de reeducación, no puede aceptar renunciar a la despreocupación y la inocencia que le han arrebatado. Su salida del centro lo precipita hacia una caída inexorable, y su reencuentro con Ruby no basta para propulsarlo al futuro.
El director austríaco Christian Frosch nos ofrece un cuento formalista con una estética moderadamente psicodélica que ilustra mediante los destinos de Ruby (Victoria Schulz) y de Martin (Anton Spieker) la fórmula hedonista de sexo y rock’n’roll. A pesar del empeño de la sociedad en hacer que los jóvenes entren en vereda, por muy obsoleta que ésta sea, la trayectoria de los dos protagonistas, ya sea fugaz o trágica, ilustra su sentido de la rebeldía y su voluntad feroz de decidir su destino por sí mismos, aunque éste sea fatídico.
La cinta ha sido producida por los alemanes de Jost Hering Filme y los austríacos de Prisma Film- und Fernsehproduktion GmbH.
(Traducción del francés)
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