email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

TURÍN 2015

The Lady in The Van: Maggie Smith encarna a una vagabunda

por 

- La nueva película de Nicholas Hytner ha sido presentada en la sección Festa Mobile del 33° Festival de Turín

The Lady in The Van: Maggie Smith encarna a una vagabunda
Maggie Smith en una escena del film

¿Qué puede añadir la enésima comedia inglesa protagonizada por un escritor homosexual que vive en Londres a todo lo que ya se ha contado al respecto? Con esta pregunta, y con su respuesta, salimos de la sala del Cinema Classico en la segunda jornada del Festival de Turín, tras haber visto The Lady in the Van [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
 en la sección Festa Mobile.

A pesar de la fantástica puesta en escena y la siempre espléndida Maggie Smith, aquí en la piel de una marginada (quién no querría viejecitas así), lo nuevo Nicholas Hytner no acaba de convencer. La película, en efecto, sufre de los mismos defectos que trata de ultrajar, convirtiéndose en la típica película que intenta romper moldes. 

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

El texto es una adaptación de la obra teatral homónima escrita por Alan Bennett en 1999 pero no parece funcionar también como en el escenario. Se tiene la impresión de que la prueba de la gran pantalla es demasiado para él, a pesar de que todos los supuestos de la comedia brillante estén ahí: cierta tomadura de pelo del querido vecindario inglés, la escisión interior del escritor, la fuga imposible del carácter invasivo de la madre… Sin embargo, los topoi no ayudan al director; de hecho, le molestan y le suponen un peso del que no consigue liberarse, a imagen y semejanza del protagonista, que no logra escapar de la señora del furgón.

La historia, a grandes rasgos, relata lo siguiente: una señora mayor, ferviente católica y fan de Margaret Thatcher, decide instalarse con su oloroso furgón lleno de basura frente a la casa de un escritor. Allí se quedará durante 15 años. Obviamente, los dos acabarán haciendo buenas migas y a la muerte de la indeseada invitada, el autor descubrirá que en realidad la pobre mujer fue pianista antes de hacerse a monja para luchar contra un sentimiento de culpa en el que hay de de todo menos culpa. 

Compasión y caridad son los sentimientos que mueven al protagonista y también el juicio de quien escribe estas líneas. A fin de cuentas, una película que fácilmente puede caer en el aburrimiento por sus diálogos en su mayoría banales logra salvarse por la presencia de una Maggie Smith inmensa como siempre, capaz de mantener la dosis justa de cinismo ya sea bajo los ropajes de una noble (en Downton Abbey) o en los de una vagabunda. Ella es la única razón válida para ir a ver la película.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del italiano)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy