01/02/2016 - La película del director serbio Oleg Novković, exhibida en el Festival de Cine de Trieste, es la segunda parte de una trilogía que alude a “la generación perdida” de los países de la antigua Yugoslavia

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ficha de la película] empieza con un plano en blanco y negro de un banquete de Pascua en Kosovo, justo antes de la Guerra en 1996. Sentada a la mesa, situada en el jardín y fastuosamente adornada, se encuentra una gran familia, probablemente musulmana, compuesta por padres, hermanos, hijos, nietos y algunos vecinos. Más tarde, se desata la locura del conflicto armado nacionalista y la limpieza étnica. Entonces, vemos cómo uno de los miembros de esa misma familia se presenta en la casa uniformado y, después de aniquilarlos a todos, se dirige a casa de los vecinos pistola en mano.

Oleg Novković es uno de los directores más famosos de Belgrado con cuatro películas y treinta documentales a sus espaldas. Patria es la segunda parte de la trilogía que empezó en 2010 con White, White World [+lee también:
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ficha de la película], basada en la “generación perdida” yugoslava.

Mientras que White, White World fue concebida como una tragedia griega moderna, Patria está estructurada como un intento individual y colectivo de salir del calvario, de lo que la Biblia dice de la lucha de Jacob con Dios en el Génesis. Una lucha en la que todo vale. Una lucha en la que las injusticias son insufribles y la vida pierde todo sentido.

La trama es difícil de entender para todos aquellos que no están directamente relacionados con las barbaries y atrocidades del conflicto de los países balcánicos. A pesar de esto, el tema está cerca de convertirse en un género en sí mismo dentro del cine europeo, con aportaciones desde En tierra de nadie [+lee también:
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ficha de la película], Antes de la lluvia y Underground, hasta las recientes Bajo el sol [+lee también:
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entrevista: Dalibor Matanic
ficha de la película] y Un día perfecto [+lee también:
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entrevista: Fernando León de Aranoa
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El guion de Patria, escrito por la novia del director, Milena Markovic, se inclina por una metáfora religiosa evocadora, en la que se destaca el simbólico sacrificio del cordero. Al principio de la película, conocemos a Jova(Vuk Kostić), un veterano de guerra que sigue buscando a Dios al haber vuelto al mundo real tras su retiro en un convento. Su ex mujer, Maca (Nada Šargin), perdió a su hijo durante la guerra civil y ahora odia a todo aquel que no merece tener descendencia. Maca busca la salvación a través de la oración, mientras Jova cree que ha encontrado a Dios en una joven autista.

Patria, producida por West End con la productora alemana Ostlicht Filmproduktion, ha llegado al Festival de Cine de Trieste después de haber sido exhibida en el Festival de Cine de Varsovia.

(Traducción del italiano)