email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

SEVILLA 2016

Le Parc: un paseo, un lugar

por 

- El joven director francés Damien Manivel construye un curioso y libre juego cinematográfico a partir de un encuentro (y un desencuentro) entre una pareja de adolescentes

Le Parc: un paseo, un lugar
Naomie Vogt-Roby y Maxime Bachellerie en Le Parc

El joven director bretón Damien Manivel parece moverse como pez en el agua en las historias ordinarias y simples del día a día. Su cine, desprejuiciado y sin alardes, que resulta incluso anacrónico, está desprovisto de grandes alturas dramáticas y de elaboradas narrativas, y se desplaza, como paseando sin preocupaciones, hacia adelante, hacia atrás, en un lugar aislado de todo lo demás. Un lugar que, precisamente para acoger una de esas historias ordinarias y simples del día a día, es cercano, sencillo. Un parque es el escenario de su segunda película, titulada así mismo, sin más: Le Parc [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. La cinta, presentada en la sección ACID de la pasada edición del Festival de Cannes, ha sido ahora proyectada en la sección Las Nuevas Olas del 13° Festival de Cine Europeo de Sevilla, que ha dado la bienvenida a su curioso juego cinematográfico.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

En él, un chico (Maxime Bachellerie) y una chica (Naomie Vogt-Roby) pasean juntos por un parque. Él la espera a ella en un banco, y le pregunta, cuando llega, “¿qué tal?” Aunque parece que se conocen, se hacen preguntas de la misma sencillez. Lo que estudian, lo que les gusta, dónde viven, lo que hacen sus padres, etc. Nada más allá de la normalidad. Ambos son, todo sea dicho, algo torpes: con sus cuerpos lánguidos, uno muy alto y otra muy pequeña, intentan hablarse y aproximarse, y una vez cerca, abrazarse y besarse. En los senderos del parque, las amplias extensiones de césped, y también, los bosques, intentan buscar su lugar. Y hay un intento de selfie de por medio. Cuando lo encuentran (un lugar más sentimental que físico), sin embargo, él debe volver a casa, cosas de la vida, y ella se queda en el parque.

El ligero dispositivo dramático de Le Parc da comienzo aquí, en la distancia, en el punto en el que la comunicación entre ambos se efectúa a través de mensajes de Whatsapp, que vemos insertados en la imagen de manera muy delicada. Ella quiere volver a verlo, y él le dice que no puede, que aún está con su ex. Ella lo insulta, y le cuenta que ojalá pudiese dar marcha atrás en el tiempo. Tras haber anochecido durante esa conversación de Whatsapp, el parque se convierte en un ensoñado y extrañado reino de la oscuridad, y ella, dolida, se dispone a volver al pasado de la manera más sencilla, ingenua y peculiar posible.

El diálogo a través de los escritos en la pantalla y de la puesta en escena sin interlocutor visible, ya fue, de hecho, uno de los elementos más importantes de su primera obra, Un jeune poète [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. Manivel utiliza esto, junto a su especial manera de mostrar esa vuelta atrás, para dar forma a su juego. Su propuesta se impregna así de un “surrealismo realista”, una sencilla magia dibujada a través de planos estáticos remitentes al cine de Pedro Costa, y más en la distancia, a Robert Bresson. Y sus juguetonas ideas acaban siendo, si no complejas, tan agradables como interesantes.

La película ha contado con la producción de MLD Films, y la vende al extranjero The Open Reel.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy