20/04/2017 - El primer largometraje del madrileño Esteban Crespo desnuda con respeto, estética y sensibilidad la primera pasión juvenil, tan arrebatadora como intensa y, tremendamente, frágil

Esteban Crespo (Madrid, 1971) escribió hace años el guion de Amar [+lee también:
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entrevista: Esteban Crespo
ficha de la película] pero, como no lograba que se convirtiera en película, de él extrajo un par de escenas y con ellas rodó, en 2005, sus primeros cortometrajes: Siempre quise trabajar en una fábrica y Amar. Quien los haya visto, podrá reconocer sus argumentos y personajes en este primer largometraje del cineasta, que se presentó en la sección oficial a concurso del 20º Festival de Málaga – Cine en español – Cine en Español, aunque han cambiado sus actores: si en la versión mini de Amar eran Aida Folch y Alberto Ferreiro quienes jugaban con variaciones originales de los roles sexuales, ahora lo hacen la debutante pero famosa instagramer María Pedraza y Pol Monen (Los niños salvajes [+lee también:
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ficha de la película]) en la escena de apertura de este film. Una película que muestra los claroscuros de la primera relación sentimental, aquella que vivimos siendo jóvenes e inexpertos, impregnada de emociones extremosas, intensidad, ternura, arrebato y verdad.

Amar empieza en alto porque esa escena que lo abre, rodada en una habitación bañada de luminosidad, limpieza y colores blanquecinos, muestra la entrega absoluta, desprovista de prejuicios y miedos, de una joven pareja heterosexual: la formada por Laura y Carlos, quienes se atreven a experimentar con su sexualidad, depositando una confianza ciega el uno en el otro. Pero la pureza es frágil, como irán mostrando los siguientes minutos y secuencias: la sociedad, las amistades y esa gran escuela de vida y actitud que es la familia, se encargarán de ensuciar y ensombrecer aquello que parecía impoluto, férreo e irrompible.

Crespo, sin caer en morbos o exhibicionismos carnales, introduce su cámara en la intimidad de esos dos jóvenes que creen estar viviendo la pasión de sus vidas, con sus reconocibles momentos de huída, contestación, duda, fogosidad y rebeldía. Carlos y Laura son dos chavales que están entrando en la edad adulta, dejando atrás la ilusión, los sueños y la verdad para ir abrazando, poco a poco, la contradicción, el engaño y la traición. Así, aquella luz del comienzo de Amar se irá apagando, poco a poco, cuando los personajes se introduzcan en ambientes y escenarios industriales, tenebrosos y caóticos. Bienvenidos al mundo real.

A pesar de ese descenso inevitable hacia la oscuridad, la mirada de Crespo sobre sus personajes transmite respeto, cariño y algo de nostalgia; porque aunque aquel sentido de la posesión y ese concepto de eternidad juntos que se comparten la primera vez que amamos y somos amados puede llegar a asfixiar, tras la experiencia vivida, nadie nos podrá jamás "quitar lo bailado". Laura y Carlos madurarán e irán perdiendo la fe en los sentimientos puros, pero siempre recordarán aquellos momentos unidos como un solo cuerpo, únicos, placenteros e irrepetibles, lo mismo que muchos espectadores contemplándoles quererse como si no hubiera un mañana en este Amar que abre, por fin, las puertas al formato largometraje a Esteban Crespo, ganador del Goya y nominado al Oscar por su corto Aquél no era yo.

Amar es una producción de Avalon P.C., Filmeu y Amar la Película AIE, con la colaboración de TVE, ICAA, ICO, Filmin y Generalitat Valenciana. El guion lo han escrito su director junto a Mario Fernández Alonso. Y el casting principal lo completan Natalia Tena, Gustavo Salmerón, Greta Fernández, Antonio Valero y Nacho Fresneda. Ángel Amorós se encargó de la dirección de fotografía. La distribuye en España Avalon D.A. y se encarga de sus ventas Global Screen.